-14-
nes, ha sido el" hospicio principal de los padres misioneros,
donde han residido los padres presidentes, y el punto don–
de se envían las remesas de los artículos que se reparten
á
los padres conversores, pa1·a darlos
á
sus neófitos. Hasta la
fecha no se ha abandonado nunca ni aun en las épocas mas
críticas, debiéndose en una de estas su conservacion, como
se dirá despues, á la constancia inquebrantable del R. Pa–
dre Plaza, que murió mas tarde obispo de Cuenca en el
Ecuador.
Estas misiones, establecidas en Manáo, habían quedado
enteramente perdidas, como acabamos· de indicar, por la
muerte de los quince religiosos que las dirigían, ocurrida
en el año t766, cuando posteriormente se supo en el Colegio
de Ocopa por los afios
1790,
.que los mismos infieles de aque–
llas comarcas solicitaban
á
los Padres misioneros, para vol–
ver á reunirse y formar sus pueblos. Las necesidades espiri–
tuales de aquellas almas abandonadas enteramente de todo
ausilio religioso, pesaron en el ánimo de los religiosos, mas
que los tristes recuerdos de los que les habían
pre~edido
y
los peligros iguales
á
que se iban nuevamente á esponer.
Al efecto, comisionaron al R. P. Fr. Narciso Girbal
y
Bar–
celó, para que desde Cumbasa donde se hallaba de cura
conversor, pasase
á
Sarayacu, con los ausilios que le facili–
taba el señor Gobernador de Maynas, que
á
la sazon lo era
D. Francisco Requena, á fin de esplorar las disposiciones de
aquellos bárbaros.
Fu~
de ellos muy bien recibido, y cono–
ciendo que podían restaurarse aquellas misiones, les prome–
tió volver el año siguiente, previniéndoles que entre tanto
edificasen una capilla y un convento para los Padres, á
to–
do lo cual accedieron gustosamente. En vista de tan favo–
rables disposiciones, el R. P. Guardian Sobreviela hizo to–
dos los preparativos conducentes al feliz éxito de la segun–
da entrada de dicho P. 'Girbal, dándole por compañeros
al
celoso misionero P. Buenaventura Marqués, al virtuoso le–
go Fr. Juan Dueñas, que era un escelente carpintero, y
á
dos maestros herreros. Proveyóles abundantemente de ins-
.