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nes, ha sido el" hospicio principal de los padres misioneros,

donde han residido los padres presidentes, y el punto don–

de se envían las remesas de los artículos que se reparten

á

los padres conversores, pa1·a darlos

á

sus neófitos. Hasta la

fecha no se ha abandonado nunca ni aun en las épocas mas

críticas, debiéndose en una de estas su conservacion, como

se dirá despues, á la constancia inquebrantable del R. Pa–

dre Plaza, que murió mas tarde obispo de Cuenca en el

Ecuador.

Estas misiones, establecidas en Manáo, habían quedado

enteramente perdidas, como acabamos· de indicar, por la

muerte de los quince religiosos que las dirigían, ocurrida

en el año t766, cuando posteriormente se supo en el Colegio

de Ocopa por los afios

1790,

.que los mismos infieles de aque–

llas comarcas solicitaban

á

los Padres misioneros, para vol–

ver á reunirse y formar sus pueblos. Las necesidades espiri–

tuales de aquellas almas abandonadas enteramente de todo

ausilio religioso, pesaron en el ánimo de los religiosos, mas

que los tristes recuerdos de los que les habían

pre~edido

y

los peligros iguales

á

que se iban nuevamente á esponer.

Al efecto, comisionaron al R. P. Fr. Narciso Girbal

y

Bar–

celó, para que desde Cumbasa donde se hallaba de cura

conversor, pasase

á

Sarayacu, con los ausilios que le facili–

taba el señor Gobernador de Maynas, que

á

la sazon lo era

D. Francisco Requena, á fin de esplorar las disposiciones de

aquellos bárbaros.

Fu~

de ellos muy bien recibido, y cono–

ciendo que podían restaurarse aquellas misiones, les prome–

tió volver el año siguiente, previniéndoles que entre tanto

edificasen una capilla y un convento para los Padres, á

to–

do lo cual accedieron gustosamente. En vista de tan favo–

rables disposiciones, el R. P. Guardian Sobreviela hizo to–

dos los preparativos conducentes al feliz éxito de la segun–

da entrada de dicho P. 'Girbal, dándole por compañeros

al

celoso misionero P. Buenaventura Marqués, al virtuoso le–

go Fr. Juan Dueñas, que era un escelente carpintero, y

á

dos maestros herreros. Proveyóles abundantemente de ins-

.