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;. ehos
siglos
por ef iDayor numero
de-
Úna nacion,
puede
" tener por su propia naturaleza,
y
por
las
costumbres
,, envejecidas b1staote intimidad con la moral publica, para
,, que merezca se le coloq 1e en el numero de
las institu. _
, ciones maJ
cou:hcente~
a
maulenerla."
(
Ensa!IO
$0•
bre las garant.
ínJivid. cGp.
5.) El cultll
católico
profeoo
udo de
tntlcbaa
siglos aca por los nuevos estados hispaoo•ame•
ricanos reune
a
é~ta
ventaja que eminentemente tiene
so•
bre todos lo3 otros de m1ntener
y
perfeccionar la
moral
pu•
blica por ius dogm·•s
y
misterios tante cerno por' s11s re–
golas
1
maxima~,
la de contener la unica
religion,
es decir,
la
unica adoracion, mediacion
y
accion de gracias que Dios
acepta de los
mortale~,
probada como tal
á
los sabios por
principios los mas luminosos,
i
Jos simples
é
ignorantes por
los hechos mas
t~erceptibles
e
irrefragables.
y
si es una
oli_ligacion de cada particular
rer.onocerla,
!1
confesarla
~es:
de
el primer instante de su existencia moral, es decir, desor
de que puede oír el grita de su razon
y
propia
coocien~
cia, lo es igualmente de la sociedad,
ó
del cuerpo que la
representa, desde el primer momento de su existencia
p~
lítica,
6
desde que se reune para constituirla y ser el ec6
de., la ra:z:on y conciencia publica; supuesto que toda obli..
pcion de la sociedad no es sino la reproduce ion de lu
obligacion~¿s
personales bajo la misma ley, sus recompen•
eas·
y
penas. El ateísmo CÍ·VÍco no es menos
incompatibl~
con los
d~beres
de la sociedad, c¡ue el individual
con
loJ
deberes
del
ho1ubre.
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