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141

;. ehos

siglos

por ef iDayor numero

de-

Úna nacion,

puede

" tener por su propia naturaleza,

y

por

las

costumbres

,, envejecidas b1staote intimidad con la moral publica, para

,, que merezca se le coloq 1e en el numero de

las institu. _

, ciones maJ

cou:hcente~

a

maulenerla."

(

Ensa!IO

$0•

bre las garant.

ínJivid. cGp.

5.) El cultll

católico

profeoo

udo de

tntlcbaa

siglos aca por los nuevos estados hispaoo•ame•

ricanos reune

a

é~ta

ventaja que eminentemente tiene

so•

bre todos lo3 otros de m1ntener

y

perfeccionar la

moral

pu•

blica por ius dogm·•s

y

misterios tante cerno por' s11s re–

golas

1

maxima~,

la de contener la unica

religion,

es decir,

la

unica adoracion, mediacion

y

accion de gracias que Dios

acepta de los

mortale~,

probada como tal

á

los sabios por

principios los mas luminosos,

i

Jos simples

é

ignorantes por

los hechos mas

t~erceptibles

e

irrefragables.

y

si es una

oli_ligacion de cada particular

rer.onocerla,

!1

confesarla

~es:

de

el primer instante de su existencia moral, es decir, desor

de que puede oír el grita de su razon

y

propia

coocien~

cia, lo es igualmente de la sociedad,

ó

del cuerpo que la

representa, desde el primer momento de su existencia

p~

lítica,

6

desde que se reune para constituirla y ser el ec6

de., la ra:z:on y conciencia publica; supuesto que toda obli..

pcion de la sociedad no es sino la reproduce ion de lu

obligacion~¿s

personales bajo la misma ley, sus recompen•

eas·

y

penas. El ateísmo CÍ·VÍco no es menos

incompatibl~

con los

d~beres

de la sociedad, c¡ue el individual

con

loJ

deberes

del

ho1ubre.

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