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discurso expositi vo
ó
infor1ne
sobre dicha
ley y
convencion.
«La religion
católica
1
dijo,
es
la
ele la gran ...
.tayo–
ria de los franceses.
En las -épocas que siguen
á
las
grandes tmnpestades políticas. y aun en los tien1pos
111as tranquilos-
los gobiernos no delJen renunciar
á
la
clireccton de los asuntos
1·el
ig
iosos; esas 1nate–
·ricts pertenecen
ú
la alta policia del Estado.
El
Estado no
tendria sino una autoridad precaria si
los ho1nbres que ej ercen una
gran
influencia sobre
los espíritus
y
sobre las conciencias no estuviesen
en n1anera áJguna
ligados
á
la
sociedad.~
El1nisn1o
jurisconsulto, en nn infonne
al
consejo
de Estado
de~~ia:
<<En lnateria religiosa, el gotierno ejerce dos po·
deres: el del 1nagistraclo en
todo lo que .interesa
á
la sociedad,
y
el de protector de la religion.
En
virtud del pri1ner títztlo reJJrinte todo abuso en el
órclen tmnporal.
Ni
el Pontífice de Ronut, ni ·na–
die p-ttede nzezdarsej en 1nanera algttna, en el go–
bierno
d~
los pueblos.
«La reUgion no es el ]Jstad o.
La
religion es la
sociedad de los hon1bres con Dios; el Estado es la
scciedad de los hon1bres entre sí.
<<El
1nagi~trado
político
p1.tede
y
clebe inter·venir
en todo lo q_u.econcierne
á
la ad1Iúnisti·ac·ion exterior
de las cosas sagradas.
La unidad
del
poder pú–
blico
y
su
universalidad son una consecuencia ne-