tiBRO llt LECCIOM
1.
7
(e ha de
re~iiJir
aquel
vino
preciofifsi1np~
dep~
.e
llar
11}uy
limpjo
~y
purificado,
Por
lo
qual
decja
nueO:ro
S·
lvador
~
que
no
.es
nJ.~on ~
que
el
vino
nu~vo
fe guarde
en
valijas viejas ,:
dando
.~entender,
que
el vino
clel
Efpiritu
fantQ
no
dt;b~
,:eci..
birfe fino
.en
pn
'orazon
puevo~
Confidera
lo
fegundo,
que
no es
poC~
·fible
hacer
~fl:e
defpoxo,
ni
renovacion,
con fol4
1a
fa.~~ltad
d@ l'J.
n4~
~1ra.le~a. ~
y:
1
Jin
~~
auxilio de la
divin~
g
racia;
po~
lo
qual es
prcciílo pedirl'l.
'o
o
fervo'ro- .
fas lagrit1las
a
la
pi~dad
divina ,
como
hizo
~1 r~y
David .,
qqando de,ia.
a
Dios;
Cría4
S~ñor
,
en mi
pn
'orazon
puro~
y
renovzd
en
tni
interior
pn
efpirittl
r~éto,
Pues
que
r
~fiaba
fin
corazon
Pavid,
qu(}.n'!l
do ,on
~anras
veras
lo
pedia
a
Dios
?
no
por
ci~rto
;
pero
vei'l
.l~tan qe.pravado,
y
tatl
'orrupto
~
que p
'l.rafer otro
hotn.–
l>re , lo ncGefsítaba.
·
nuevo. L'l.
lafcivia,
dke
-OD~as, qu.i~a
al
horp-bre
el
corazon;
y
avi~ndo
caldo en
~aª'
(;ulpq.
David, fe
CQt~ven'e qu~
quedo
Gn
el.
Den}~$
de
eflo,
.confie{la
~í
rníftno , que
~ftab~
aniquila–
do. El
pe~ador ~s
nada. , fegQn
di~e
Eze–
quiel.
Nacl~ ~s
ciertamente el
pecador•
ru~s
vive íin caridad, que
oi
al
~IIr:a
el
A
1
!er;