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en Inglaterra, Prusia, Suecia, Dinamarca
y
Ru–
sia. En Asia se nota una nueva vida en
tas
Iglesias de la India
y
la China,
y
en el Imperio
Mahometano , gracias
á
los trabajos de
Jos
Lazaristas. En Africa
y
Occeanía obtienen los
misioneros continuos
é
importantes
triunfos ;
y
esos desgraciados pueblos reciben hoy con
Ja
luz del Evangelio
las
intituciones de los
pueblos civilizados. ,Finalmente la América que
ofrece al mundo un porvenir grandioso, pre–
senta el
espectáculo de numerosos
Estado~
llenos de vida
y
abundantes en recursos en los
que, en general, domina la. religion católica.
La
Iglesia sigue pues su marcha triunfante
por todos los ámbitos de 13 tierra
y
quizá no
está muy remoto el día en que dominadas
tas pasiones
y
reprobado el error, se reunan
todos los pueblos en su seno, reconociendo
su doctrina sub lime
y
sometiendose
á
su ley
para conseguir mejor el
fin
_que Dios impuso al
hombre.
FIN