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VJÉRNES
bien persuadidos
a
que el culto supremo no es debido si–
no
a
solo Dio , y que no adoramos sino
i
Jesucristo quan–
do nos postramos delante de la cruz en que este Señor
fué
clavado. Lo que hace el principal objeto de nuestro culto
es aquel cuerpo adorable unido hipostáticamente
a
la di–
vinidad; es aquella
sa0gre
preciosa en que
fué
teñida la
cruz. Sería una idolatría referir la adoracion al leño en sí
mismo y separado de Jesucristo, pues este leño no es Dios,
y
solo Dios debe ser el objeto de nuestro culto supremo.
Quando la Iglesia d"ce el dia de hoy al mostrar la cruz
a
todo el pueblo:
Veníte , adoremus:
Venid, adoremos; quando
canta :
Tuam crucem adordmus Dómine:
Adoramos tu cruz,
Señor ; por estas palabras no pretende adorar con culto de
lat ría
a
la cruz por sí misma, sino
a
Jesucristo clavado en
la ruz. Bastante se ha
e~plicado
la Iglesia sobre esto siem–
pre que se ha ofrecido oc sion ;
y
atribuirla otra doctrina
sobre este punto, es ignorancia
o
malicia ,
y
siempre una
de las mas atroces calumnias. Y así , que estas palabras:
Ecce lignum crucis, in quo salus rnttndi p epéndit
:
v en ft e,
adoremus,
.no tienen otra significacion que ésta : Post rémr
nos delante de la cruz para adorar
a
Jesucristo que
e~t u
o
. clavado en ella por nuestra salud. A la verdad .. el térm -
no adorar, en nuestra lengua parece estar consagrado pa–
ra significar comunmente la honra
y
el culto supremo que
no se deben sino
a
solo
Dios; pero así en latin como en
h ebreo
y
en griego tiene una significacion mas extensa:
significa en general postrarse
y
manifestar su respeto ; lo
que conviene
a
otros que
a
Dios, pues todos los dias
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postramos por respeto delante de los hombres sin que los
adoremos; Ja Escr.itura santa nos presenta sobre este par–
ticular muchos exemplos;
y
así no debemos juzgar de la
fe de la Iglesia por la palabra adorar , la que puede tener
muchos sentidos, sino por el sentido que la Iglesia la da, .
y
por la declaracion solemne que hace de
~u
creencia. La
Jglesia, pues, ha protestado siempre que no adoraba sino
a
solo Dios en la cruz,
y
que toda otra adoracion , así
a
la
cruz como
a
otras cosas inanimadas, era una adoracion
respectiva. ·
No se duda que la adoracion de la cruz en el viérnes
santo es de tradicion apostólica. Los padres de la primera
autigüedad,
y
c;oncilios asímismo
muy
antiguos hablan de
ella