Junio.
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EXERCZCIOS
i
Quien cxcíta la desunion y'él cisma en las fami·
lias
!
Las pasiones. Reynaría la amistad
y
la buena in·
teligencia entre muchas P.ersonas, si se hubiera tenido
cuidado de domar con nempo este enemigo de nues–
tra
quietud y nuestra sa!vacion. Sería dulce, sería
inocente la vida , si fuera menos inmortificada; si de1-
de el prin·cipio se hubiese comenzado
á
luchar contra
la pasion hasta vencerla. TodJ nuestra aplicacion
y
todo
nuestro conato debía dedicarse
á
oprimir este enemigo
doméstico ; pero lexos de eso se le halaga , se le fomea–
ta ,
y
nos familiarizamos mas con él cada día.
0Jdme, Señor,
ta~
claro
y
tan vivo conocimiento
de la malignidad de las pasiones,
y
de las desdichas que
causan, que no cese con vuestra divina gacia, de com–
batir contra este enemigo mortal de mi eterna salvacion,
Resuelto estoy
á
aplicarme
á
tan necesaria lucha el resto
de mi vida; penetrado de un vivo y sincero dolor de
haber vivido hasta aquí esclavo de mis pasionei.
J
ACULA TORIAS.
Lfbem
me de
scmguz'nibus Dcus, Dws salútis
mu,
8
exultábit lingua me justi'tiam tiwn.
Salm.
)O.
¡Oh ,
Dios! esperáoza única de mi salud , librame
de
las pasiones que me · tiranizan ,
y
perpétuammte
cnsa.l.--
~
....
rnisericordias.
Dirupisti
ii11
'·
r
hi
sacri/icábo hóstiam
l.m-
dis.
Salm.
1
Espéro, Seí10r, que r'omperéis los grillos de las pa–
siones que me tienen aprisionado,
y
ofreceré en
agradecimiento sacrificio de alabanzas
á
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1anto nombre.
PRfJ-