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JO
s
Junio.
á
S1n Juan Baustista,
y
con efe.:io tienen mucha re–
lacion con el Precursor del Mesías; pero si las que–
remos entender en
el
sentido moral, ¡quil:o. de noso·
tros no tendrá motivo para convidará todos los pue–
blos del mundo
á
admirar las mimicordias del Se-
" · í1or,
y á
reconocer el insigne beneficio que nos hi–
zo disponiendo que naciesemos dentro del seno de
la
Santa Iglesia? ;Quien de nosotros no pGdrá excla–
mar con David:
Venlte, audite,
8
narrábo, om•:es
qui timetz's Deum, quanta fe,it dnim,e metf!
To–
dos los que temeis
á
Dios , venid, escuchad ,
y
os
contaré quantos beneficios ha recibido mi alma de
¡u liberal mano. Antes que fuese concebidó pensó
en mí;
y
con que bondad: fue disponiendo aquella
contínua série de providencias particulares , sin las
quales seguramente no hubiera sobrevivido
á
mi na–
cimiento. Pero donde manifestó mas su bondad
y
su
amorosa providencia' fue en toda la admirable eco–
nomía de nuestra salvacion. ¡Qué sabiduria en dis–
poner los medios, en desviar los peligros ,
y
en mul–
tiplicar las gracias
y
los auxllios
!
El que tiene espí–
ritu
y
entendimiento verdaderamente christiano, des–
cubre un sin fin de maravillas en toda la economía
de la divina providencia. Acordóse el Señor de no–
sotros:
¡y
qué..
se~a·
de nosotros si nos hubiera olvi–
dado?
i
y
qué debemos esperar, si nosotros mismos
nos olvidamos del Seí10r? lnseirado el Profeta del
Espíritu de Dios, antes
d~
referir los favores
y
los
beneficios recibidos de su liberal mano , da princi–
pio convidando
á
todo
el
universo mundo para que
venga
á
reconocerlos. Estamos nosotros como inun–
dados', como anegados en los beneficios, del Seí1or;. _
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