DEVOTOS.
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hóminis.
Gaudéte
in il/,1
die
,
8 exult&te
:
ecce
enim
Día
l.
mcrces vestra multa est in ca:/o.
MEDITACIO~
DE Lli COMUNJON.
PUNTO PRIMERO.
C
onsidera quanta admiracion causaria que los que
solicitaban con tan viva fe,
y
con tan encen–
dido fervor tocar la orla de la vestidura de Chris–
to , 6 besar sus sagrados pies , no fueseri curados
de sus dolencias.
¡Y
será menos digno de admiracion
lo que estamos viendo cada dia en tantos enfermos
del alma , que no solo tocan al Salvador , sino que
le
reciben todo entero en la Eucaristía , de que se
alimentan,
y
con todo eso no sanan de sus espiritua–
les achaques! Ni la virtud que entonces salia de Jesu·
Christo se ha debilitado , ni su poder se ha dismi•
nuido, ni su bondad es ·menor. ¡De d6nde nacerá
que su preciosa Sangre , y su adorable Cuerpo no pro·
<luzcan
el
dia de hoy tantas maravillas ! Los mis–
mos accidentes, las mismas pasiones , los mismos
defeétos , las mismas flaquezas despues de la Comt1-
nion que antes. Nos sobresaltariamos, desconfiaría–
mos totalmente de la salud de un enfermo , en quien
se experimentasen inútiles los remedios mas eficáces.
¡Pues en que se fund.i nuestra seguridad Jespues de
tantas Comuniones sin fruto?
Toca Jesn Christo con sn divina mano un muer–
to que llevaban
á
enterrar,
Y.
el muerto resucita; la
mu-