EfxERCICIOS
Junio. ciue Eusebio Cesariense , que le tenia bien conocido,
asegura fue uno d9'los Varones mas e!oqüentes de su
siglo.
Aprendi~
la
Filosofla baxo
el
Magisterio del
Santo Presbítero
S
·n Pedro Pierio
,
esclarecido Már–
tir, reputado por mo de los hombres mas sabios de
su
tie.m.po,cuya
.sta
y
universal erudicion le. me–
reció
el ·
r¡;nombre
·~!
segundo Orígenes , ú de
Orz'ge-.
nes
el
mozo.
· • '
'" . :De Alexandría pasó Panfilo
á
Cesaréa , acompa–
ñado del.alto ,concepto que se
babi~
merecido por su,
ingenio , por su literatura
y
por su virtud ; y en bre–
ves dias fue la veneracion de toda la Ciudad. Elev61e
su merito á los mayores empleos ,
y
en todos di6 tan-
1
tas muestras de su capacidad y de
su
reétitud , que
se levantó con
el
aplauso y con el amor universal;,
pero todas las floridas esperanzas con que le lisonjea·¡
ba su nobleza , sus talentos y su mérito singular , no¡
fueron bastantes para tentar jamás aquel piadoso
)11
aquel .desengáñado ·corázon. Como tenia tan cono·1.
cicla· la vanidad 'de los honores del mundo y de los¡
b}enes' cadúcos de la tierra , nunca se dex6 deslum-1
brar de si1 brillante apariencia ;
y
habiendo repartí-,
.• do entre los pobres gran parte de su patrimonio,:
abrazó
el
estado Eclesiástico , siendo en breve tiempo
rto solo el ornamento, sino el exemplo de la Clerecía.
Conociendo muy bien lo mucho que Panfilo va•,
lia, Agapio Obispo de Cesaréa no quiso que aque–
lla antorcha se mantuviese escondida·debaxo del ce·
lemin. Confiri6le los 'primeros Ordenes Sagrados ,
y,.
sin dar oídos.á las representaciones de su humildad,·
le
elevó
á
la alta dignidad del Sacerdocio. Como en–
tró en
i:1
éon tan santas
dispo~iciones,
á
pocos diíl¡S•
C).
fue