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tragaron
á
esta divina
Señora,
que reci–
biéndolo en sus brazos desfallecía de dolor,
contemplando de más cerca
en
aquel hela–
do Cadáver, desfigurado el rostro,
y
abier–
tos los pies, manos
y
cost~do,
y
totalmen–
te deshecha aquella Fábrica,
y ,
dispuesta
por obra del Espíritu Santo, subiendo
á
tal grado su congoja, que sólo amparada
y
fortalecida de su Criador, pudo resistir con–
forme
á
su Voluntad Santísima, sin rendir
la vida en fuerza de tan excesiva pena.
Las siet
'll
'1
arí s, con
lo~
siguientes
• •
versos:
E
oloroso pase,
1
A su Hijo querido, llora,
Teniéndole esta Señora,
j\f
uerto en sus divinos brazos;
Con que haciendo estrechos lazos,
Pone al cuello un torcedor:
En la vida
y
en la
mu~rte
nos alcance
tu
jav01·.
-
Avemaría;
Con qué lamentos tan sabios,
Mira en los tristes despojos,
Lo eclipsado de sus ojos,
Lo
sangriento
de
sna
labios;