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se hubiese ido en compañía del otro; pero
á
la primera jornada en que se juntaron,
y
.salieron del engaño, fué increíble el dolor
y
sentimiento de entre ambos, que se vol–
vieron
á
la ciudad por diferentes rumbos,
en solicitud
y
busca
suya;
hasta que
al
ca–
bo de tres días, que les fueron tres siglos
de cuidados
y
de penalidades, lo hallaron
con singula1· regocijo, disputando entre los
docto1·es.
Las siete Avemar ías, con los siguientefJ
Hoy que parte
á
buscar
Al
Niño. Señora mía,
Has de ser mi norte y guía,
Qu,e también lo q tJiero hallar,
Y
enséñamelo
á
guardar
De perdedo con temor:
En
·za
vida, etc.
-
Avemaría.