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LA SOLEDAD DE LA VIRGEN.
De brillantes estl'ellas circundada
No contemplo tu faz, ni entre laR nubes
Exelsa. multitud de albos querubes
Te acompaña de júbilo extasiada.
Triste y solfl. en el Gólgota te miro,
Sola con tu dolor, y en noche oscura,
Fijos los ojos en la inmensa altura,
Exhalando de tu lllma. hondo suspiro.
Del celestial Edén huerto cerrado,
Rosa de Jel'icó
¿
qn6 mano fiera.
De la espada cruel que te
la~era
Abre tu pecho al golp'e despiadado?
Desciende de esa. pavorosa. altura;
Huye de esa montaña, Madre mía,
Que en' tres horas mortales de agonía
Harto te has abrevado de amargura.
Si raudal de ternura y de consuelo
Buscas en el calor de pecho amigo,
Bajo tu techo llorarán contigo
Santas mujeres en piadoso duelo.
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