LIBRO II DE LOS ·MACABEOS.
3 Et cursus equorum
per
ordines digestos , et congt,'essio–
nes fieri cominus , et scu to rum
motus , et g'aleatorum multitu–
dioem gladiis dist riél:is , et telo–
rum iaél:us , et aureorum splen–
dorem , omn.isque
~eneris
lori–
carum.
4 · Quapropter orones
roga–
bant in bonum
m~mstra
conver-
tí.
()
5
Sed cum falsus rumor exis–
set , tamquam vira excessisset
Antiochus, assum(ltis Iason non
minus
mill~
viris , repente ag–
gressus est Civitatem : et Civi–
bus
ari ·
murum convolantibus,
ad uL'mum apprehensa C ivi ta–
te , Menelaus fugit in arcem:
6
lason vero non parcebat
"n caede Civibus suis , nec co–
gitabat prosperitatem adversum
cogn os ma)j
sse maximum,
arbitrans
hostiu~
et non Ci–
vium se trophaea capturum.'
7 Et
¡ylncipatum quidem
non obtfnuit , :finem vero insi–
diarum suarum confusionem ac–
cepit , et profugus ite.rum abiít
in Ammaniten.
<>
8 · Ad ultimum, in ·exi 'uro sui
conclusus ab Areta Arabum
Ty–
ranno , fugiens de Civitate ·
1
Y fi'esen pronósticos de sucesos fa–
c vorablcc. "'·'illo.
•
Todo esto
l1:...o
con el fin de reco–
brar el Pontificado de que le había hecho
despojar Menelao , como se ha visto en
el
'Ca~ulo
precedente
'Y. •2J ....
y de al–
zarse con el mando.
3
De Jerusale1
4 '
N o pudo ascender al sumo Sacer–
docio' y al mando de la Ciudad .
S
El Griego
Kctlf.>js
ava<T-rpo'<Pijs ii-ru-–
xev, tuvo mala suerte
;
experimentó una
3 Y caballos corriendo, distri–
buidos por sus esquadrones, y que
combatían cuerpo a cuerpo, y mo–
vimientos de escudos,
y
una mul–
t itud de hombres con morriones,
y e
'\das desnudas, y tiros de dar–
dos ,
· resplandor de armas dora–
das, y de corazas d.e todas suertes.
4
Por lo que todos rogaban
que estos portentos tornasen en
bien
1 •
5 Mas como se hubiese espar–
cido una falsa voz, de que Antío–
co había muerto\ tomando Jasón
consigo no ménos de mil hombres,
atacó de improviso la Ciudad
3:
y
aunque corrieron los Ciudadanos
al muro, por óltimo
apoderá~dose
de ella, Menelao huyó ·al alcázar:
6 Mas Jasón
d~gollaoa
a sus
Ciudadanos sin reparo , ni adver-
ia que e buen suceso contra los
de su sangPe era Ja mayor desgra–
cia ,creyendo que alcanzaba trofeos
de enemigos, y no de Ciudadanos.
7 Esto no obstante no alcan–
zó el principado
4 ,
sino que por
remate de sus traiciones tuvo la
-unfusion , y se fué fugitivo otra
vez a tierra de los Amonitas.
8 Al :fin encerrado para ruina
.,.....suyas por A retas Rey de los Ára–
Jes,huyendode unaCiudad en otra,
terribl~
catástropfte.
Con dificultad pudo
escapar de Jerusalem, se refugió de nue–
vo entre los Amonitas , y pasando des–
de aquí a la Arabia , por sospecha de al–
guna traicion , fué puesto en prision por
el Rey Arctas. Pudo tambieo librarse de
las prisioiles en ql)e lo puso este R ey :y
andando fugitivo de Ciudad en Ciudad
como un público malhechor, dió por úl–
timo consigo en Egypta, desde donde hu–
yendo a Lacedemonia , tuvo en ella
el
fin desgracia-dísimo que despues se refiere.