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,

EL CANT_ICO DE LOS CANTICOS.

purpura

Regis

vincta canali–

bus.

6

i

Quam pulchra es , et

quam

decora , charissima,

in

de–

liciis

!

7

Statura. tua assimilata est

(

fiido todo de purpu ra por la caridad , a–

t ando al madcro de la Croz en las cana–

les de sus heridas

a

sus verdaderos fi.eles,

que son como los cabellos_que coelgan de

Ja cabeza , los tine doblemente ,

y

con

la mayor viveza, con el doble lustre que

les

da el amor de Dios y del proximo.

L as pal abras del Hebreo se interpretan

diversame nte. Pondre aqol la exposicion

de aquellos , que siguiendo la propiedad

de dicha lengua , en donde desp\leS de

la

voz.pur ura

se halla el acento •

ath–

nrich ,

que es sefial de distincion , lo in–

terpre tan de esta

~anera

:

Y los cabellos

de tu cabeza coma purpura

:

el

Rey ata–

do

o preso

a las canales

;

quiere decir,

colgado de los mismos 'cabellos por el amor

y

aficion ; porque en las canales el agua

quando cone se va encrespando ,

y

ha–

ciendo unos altos

y

baxos muy

semej ante~

a los que parecen en los largos y hermo-–

sos cabellos , que sueltos con ' el movi-

' mienro sobre los hombi·os se ondean ,

y

tornan nuevos y de diferentes lustres ;

y

hacen unas como aguas muy graciosas.

De

este modo lo explica el

M.

LEON. Otros

conforme a los

L XJC.

tras ladan la palabra

Hebrea

i::l

,

1

1f'':1~

rehadm

asi :

L a ma–

dexa de

tu

cabeza corno purpura

:

el R ey

atado ·en palos

atr~'tvesados

,

o coma

purpur0

R ey atado en palos atrave–

sados

:

en lo que se declara el profundo

mysterio de la Cruz y de la Sangre de

J esu Christo. Los pensami entos , deseos

y

adomo de la I glesia estan tenidos con

la pur nra de la Sangre de Christo nues–

tro Rey , que foe atado en palos atra–

vesados , es to es , clavado en un a Cruz.

' Esta es una exclamaci on o epiphone"

ma, con la que da_n fi n las doncellas a to–

do lo que han dicho,

y

ll enas de admira–

cion concluyen, diciendo: ( Pero para que

nos cansamos en deci r en particu lar las

gracias , si es cosa que saca de juicio ve r

~uan.ro

eres graciosa en todas tus cosa s,

como purpura

de

Rey

atada en

canales.

6

i

Quan

hermosa

eres r, o

cadsima ,

y

quan

graciosa en las

delicias

!

7

Tu

estatu.ra

~

se semeja a la

tUS dichos

Cf

tUS

obl'aS , pues CJeS el CX–

tremo de la hermosura

y

de

l~

lindeza?

iQufo bell a y graciosa en las virtudes

y

operaciones saotas , que son tus delicias

t

i Que gozo tan cumplido, qlle jubilo , que

abundancia de place r al d>ntemplar

tu

excesiva hermosnra

y

la de

·rn

Esposo,

y

las sobresalientes prerogativas de que

su gracia te ha colmado

!

Consuelos

y

gustos que no te fa ltan aun en medio

de

los tr abaios , tentaciones , mi serfas

y

se–

quedades , que solamente pueden

turbar~

afligir y entristecer la parte in ferio r del

alma ; pero que no ll egan a la superior,

porque esta es ta asida .firmemente , y ·es–

trechamente un ida con su Dios. En

el

H ebreo se lee :

Amor en deleytes

;

esto

es , i o amor mio deleytoso

!

i o t(1 que

eres mi amor

y

mis delici as

!

Porque las

delici as de Christo son estar con los

hi–

jos de los hombres.

2

La palma qu anto mas crece y su–

be , tanto mas se dilata

y

ensancha en la

copa , sin que por esto ten ga ensanche el

rronco : en lo que se symbolizan los pro–

gresos de la. Esposa

y

de todos los mi em:..

bros de la Esposa , que crecen en la vir–

tud hasta la mayor perfeccion ; esto es,

hasta que todos Ileguemos al estado de

un homb re perfell:C4' a la medid a de la

edad y de

la plmitud ,

segim la qual

J esu Christo debe ser formado en noso–

tros.

Ephes. i v.

II. 12.

13.

15.

Puede

es to entenderse tambien de los maravi–

llosos

progresps que hizo la Igles ia des–

pues de la ·venida del Espfritu San to so.–

bre los Aposto Jes

y

1os primeros D is–

d.pulos de! Salvadot'. Esta palma a des–

de aquel tietnpo no creci6 en la grosura

del tro nc o , porque despues no se cono"

ci6

santidad que excediese a la de los A–

postoles

y

de aquellos primeros hombres

Aposrolicos ; pero creci6 extencliendo

y

dilatando sus ramas por todas las Nacio–

nes del mundo , en donde ha habido sie111·