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EL
HOMBRE
casi
lo
111is1110
que la
cortesÍ.a,
es
en
la
realidad
111UY
distinta, porque la
cortesía (C01110 queda dicho.) no
tiene cosa
real,
y
depende
591,0
de
10s.esta,blecin1ientos de los h0111bres;
pero la estinlacion,
bien
al coptra–
-rio, toda está fundada sobre realida–
des. Por exenlplo :
yo
debo al
h1;0 .
·del
Rey el tratalniento ,
la
sUlni–
sion,
y
el
afro exterior de
r~~peto,
que
está establecido en aque.1lá. par-
te
á
persona
de
tal dignidad, pero
no
le debo
estin1acion; porque
de
la 111isn1a 11lanera , que la cortesía 'es
un atto exterior, 'que solo
rr~ira
á
el
establecin1iento de los h0111bres,
es la estimacion un atto interior)
que solo
lnira
á
l~s
virtudes,
y
111e–
ritos personales de cada uno: de tal
111al)era , que qu,ando al ' hijo del
.Rey, á quien yo lne hinco de ro–
dilJas, l.e beso
la
lnano,
y
le
tráto
de
AI.teza, · est9, . es cortesía ', que
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