La rebelión de los lápices

86 era un dibujo. Nos habíamos engañado? -No; simplemente nos equivocamos en el cálculo, los tres días se convirtieron en quince meses y el país que tanto ha sufrido en este intervalo se consuela a pesar de todo, por que el patriotismo del legendario General Cáceres, le han ahorrado a última hora, con una magnanimidad superior á todo elojio, la sangre de muchos de sus hijos, que no habían tenido otra falta que la de ser obligados por la fuerza bruta, á engrosar las filas del mas impopular de los caudillos, del desgraciado sucesor de la dominación chilena. ( El Diablo Predicador , 12 de diciembre de 1885, p. 1) E l fin de la guerra abrió uno de los momentos más in- teresantes de la caricatura nacional, generado no solo por los crecientes avances en las técnicas de reproduc- ción gráfica, sino además por el recrudecimiento de la discusión política interna. Nadie dudaba del poder de la imagen satírica. En agosto de 1884, el gobierno de Miguel Iglesias prohibió la circulación de ¡Al fin solos! , ilustración publicada en el semanario El Diablo Predicador . En ella se representaba a Andrés Avelino Cáceres abrazado a la Patria, mientras que Iglesias y sus aliados huían del país. La imagen sería reimpre- sa a fines del año siguiente, luego del triunfo de las fuerzas revolucionarias acaudilladas por el Héroe de la Breña. C ronología : el siglo xix en caricaturas

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