La rebelión de los lápices

211 Anónimo Malditos caballos!... La Butifarra (n.° 1). Lima, 8 de marzo de 1873, p. 2 Xilografía sobre papel A fines de 1872, los coroneles Mariano Herencia Ze- vallos y Domingo Gamio fueron apresados en Arequi- pa bajo el cargo de conspiración contra el gobierno de Manuel Pardo y Lavalle. El presidente determinó en- viarlos a la frontera con el Brasil como una forma de deportación, para lo cual ambos militares partieron hacia Iquitos escoltados por el coronel Manuel Se- gundo Cornejo. Pero al llegar a Chinchao, localidad ubicada en la selva de Huánuco, Herencia y Gamio fueron asesinados por su custodio. Al llegar la noticia a Lima, los diarios de oposición desataron una feroz y tendenciosa campaña contra Pardo, al que acusaron de haber planificado el crimen. La ilusión de un país progresista y culto, aquella «república práctica» procla- mada por Pardo en su campaña electoral, comenzaba a esfumarse frente a la violencia constitutiva de la po- lítica peruana. E l lugar de la memoria

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx