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haccndacfos
ahso1utnm·e~te
;privadof; O
el
indi~p.ensahle
nu·
nH'ruriO para la
labor de sus vif1edos; muchqfJ
tlc
éstos
pennane(~ieron
por ese año inrultos
y
Cle coniiguíc;n'te
~n
fnlet.ii"tlros o con escasísimas
cosechas.-Por los tratados
de Arequlpa, o
mt"JOr
dicho. por la revolucion
clt~
Chu·
quii->¡Wa
del
me~
de
ortul;re
de
e8e ailo
volviú
a
permitir~~
el trillico t"n
fines cld mes
sig11íentl•,
c:uando.
ya el
m~l
Pra para l\'Ioquegua como
irrmnedinhle,
pue~1o
que cot-i
intnctíl~
laS cosechas del año, ¡:;]n "asijn 1'1\ra tolcc·tar la
signit•ntP, era forwso a
los
hacendado~.
IJ<1blar:ilo
con pro·
]Jied;~d.
rlesopilarse ele·e·sa e¿;tagnat·iou a c:nalquier
pt'l•cio;
vendiéronRe tules productos que
cu~stan
por solo
los gol'i·
tos de cultivo
y
elaboraC'ion mas de si{·tt: peso;; f']llintal,
ha&ta cinco pesos, cuyo
abatimiento
de prcdos rlllrÓ mas
de tres aito:; consec:utivos,
y
entretanto se
restablccia
en los
mercados
p.]
rquilibrio de
los efe-ctos vendibles
con
los
col!sumo¡.;; en esa
lamentahle
éJ)Oca
todo
fué
pl!nlidas para
los
propil~larios,
pncs que
ni estos
tomaban
l'f'J1ta
alguna
tle los cnpit<de,.:; de
sus fundos,
ni aun
podian
reembolsar~e
de
los pr('cisos
gastos de culth·o, ha&ta que la
vijt>ncia
del
tralado
de Arequipa desde
l
~
de enero de
1850 vino
~a~~~~~~ota~lgun
t8nnipo
a esta
contiuuada
y
es~antOI:i(\
X.
NATURALEZA Y CANTfDAD DE SUS PRODUC-
Tos~,
SU COSTO, Y
.E~PENDJOS
.
.lamas ha put:stosc en duda Ja honclad de los vinos
d1~l
valle
tle Moquegua su ünica
y
e$clusiva producéion
por In
t~!':ca¡.;ez
de agua, como ya se ha dicho en
otra
par·
1(•,
y
pnreee el mas incom pren!:iihle contra sentirlo porque
en
la
presrnte
época
del
movimiento
y
del <.'omercio libre
sf!
v~~a
aquella loenlidad productora de un articulo tan
gP·
1wndment~
estimndo
de~tr·uyt-nclose
a grnn prisa
por
i~tlta
ele consumos
y
aprtldo
de sus
frutos,
y
por el
oh-ido
o