EL GALLINAZO Y EL ZORRO
Cuento de la costa limeña.
EL
gallinazo y el zorro eran viejos enemigos. Siempre se encontraba a uno
murmu~
randa del otro.
En cierta ocasión, el gallinazo al volar sobre el arenal divisó al zorro, lo cogió
por el lomo peludo y se remontó bien alto, bien alto, para soltarlo luego desde arriba.
El
zorro caía dando alaridos; ya próximo a
tierra, su astucia le hizo recordar una
vie~
ja fórmula de encantamiento y se puso a rezar el sortilegio: piedra, palo, piedra,
pa~
lo, decía. De pronto cayó pesadamente al suelo; su llegada coincidió con la palabra
" pal'o" y quedó convertido en un tronco viejo de huarango.
Un campesino indio, recorriendo su chacra, tropezó con
él.
lo cogió y
advirtien~
do que convenía como tranquera lo puso a servir. En las noches, el zorro rompía su
encantamiento y merodeaba por la campiña haciendo fácil caza . Luego al amanecer
tornaba a su sitio convertido de nuevo en leño. El labriego indio, bien pronto,
mali~
ció del engaño y una noche cogió el palo y lo arrojó al fuego donde hervía olorosa
jo~
ra . Al comienzo, el zorro sólo advirtió un agradable calor, pero bien pronto empezó a
quemarse. Al sentir el dolor, rompió el en canto y huyó velozmente hacia el arenal .
Pero el fuego había comenzado su obra , y antes que huyera el muy vivo, parte del
1e~
ño se había tostado. A ello se debe el co lor bruno oscuro del lomo y de la cola
co~
posa del zorro peruano.