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El matrimonio iba,
pu~
, a
realizarse. Y
et
no fal–
taba si.110 la
entrada
del novio,
acompañado de sus pa–
dres, en
la casa de Manuca, eon
1 clásico
~bseq
uio de
un
pañuelo de pan
y
un a botella de aguardiente.
Pero
a esto
e había anticipad0,
sin compañía de
nadie, Baltico,
el i.11dio
ombrío,
que gozaba de fama c1e
haber
dado muerte a
u primera mujer.
·
Sin
embargo fue aceptado; pero el patrón intervi–
no,
~'
quedó señalada
Ja
boda
on
Juanchito para el
día de Ja entrega del
mort1Umento,
Es decir, para un día
de
trilmfo para J uanchito,
a quienel cura había de dis–
cernir la honra de hacerle
vara.yo,y, en consecnencia, im–
ponerle la obr gación de entregar el
monU¡mento.
Sin esto
el novio no
podía
a1 ar el
ridículo de ser un simple
cholo. Era, pu s, ésta a principal condición.
* *
*
La doblé fiesta tuvo lugar.
Primero la del
monumento.
.Juanchito, acompañado de parentela, los colegas
va–
rayos
·y
una caintidad de otros indios
mingados
se tras–
ladó' al Portete, dondi:i había madera alta, y era, sobre–
todo, un lugar
distante, en lo que
consistía el lujo, pa–
ra transportar desde allí
Ja gran pieza de madera,
el
monumento,
que había que entregar en el pueblo, en días
de Semana Santa, como un obsequio
de gran prestigio,
para la
iglesia parroquial.
En
efe to, el monumento era toda
una ostentación