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El pueblo la ocupaba como a veterinaria e itisigne
o–
peradora
de animales machos.
De tarde en tardQ se la había también consultado co–
mo a bruja.
-Me vas a proporcionar el
huarh'.,l,ar,
decía Bilico ,
torvo
y nervioso. F.s urgente que qui te a Don C3.simi–
ro
la piedra
imán, para que no tenga quien le ayude a
casarse con la hermana del cura . .
-Ya sabes que
lo puedo preparar en seguida .
Pero con
huarhuar
y
t'ld0, Don Casimiro se puede casar...
Puede perder el seso; puede tullirse.... ¿Y si esto no
le
pasa?... Además con semejante ricote cualquiera se casa,
aún cuando sea
"'fütre
is" (in extremis) como dicen.
Y añadió la mala mujer, al oído de Bilico:
-¡Más bien dale extricnina! ...
-Pero yo no tendría la piedra imán; y
f>in esto ... ly
dijo fosca y rá.eidamente, lo que
no
quería
del~ir)
.
élla no me querría...
-¿Y si con el
huarhuar
el viejo no te declara don–
de tiene oculta la piedra imán?
¿Q
'11
-
ue.....
-Pero si tú mi mo quieres el huarhuar....
-Tú no quieres que la hermana del Cura me quiera
a
mi....
- Bueno, bueno; te daré el huarhuar.
-Don Oasimiro me
h~
de declarar donde tiene la pie-
dra.
-Bueno, bueno, sí te ha de declarar... P ero lo que te
pedí desde el otro dia ...
-Aquí tienes.
Y Bilico deslió de su pañuelo un billete de a veinte. Y
mientras la mala mujer, qu e siempre explotaba al bobo Bi-