MAMA HUACA
A
la
'hora precisa, en que casi 'tenía
conseguida
un a subvención mw1icipal para la ·escuela de Leilas A..r:
tes de la capital jvenírsele tal incidente!:
-
¡Mil
iab o ! .
.
¡y cuanto itraJbajo le había costado la
promesa
del soñado favor a él, pobre muchacho
·in prestigio!. ..
¡Y cuanta envidia. de uno
cuantos 0tros pintorcillo ,
que, aunque ;;e decían sus amigo , sa.bía que
le trata–
ban a sus
e~pal das
de
<
mita~o
Lu'is"1
Y lo que má,s le dolía: andaban ,a decir en esos.
mi mos dfas que no pasaba de borroneador de c'ielora–
sos
y
de paisajes en
tas parede de las quintas de re–
creo de Yanuncay ... iA él, a él!
Porque aún cuándo el muchacho era una excep–
mon de mode tia entre los ele su clase, se daba ju ta.
cuenta de su t alento artí tico, que en realidad iba más
aUá del límite de buen dibuj ante
y
buen copista. El
había at acado con valentía de de el principio, el defi–
nitivo ramo de la composición. En cuanto se sintió un
poco fuerte en
línea y perspectiva.
¡Pero el incidente! .
.
. Aquello lo echaría todo a
perder: .
. su reputación, la beca, el empleillo, que e–
ra su mgreso mayor ...