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dido a la vera del ca.mino, oye de una VleJa morlaca.,
aclimatada en la Costa, y compañera de viaje, el rela–
to de circunstancias: la leyenda de la
V
aldivia.
Hay un pájaro de este nombre, de oscuro pluma–
je, en la montaña de Pahuancay-a cuyos
linderos es–
tá
la comitiva.-iAy del morlaco que llegue
a oír el
canto del pájaro aquel!. ...Moriría, de seguro. Porque el
ave dice en su canto: "Al hoyo .vas!" es decir, vas a la
tumba.
Pero el muchacho ha bebido, como hombre, una
buena copa de aguardiente. Está
chispo,
y, en conse–
cuencia, muy valiente. La conseja no reza con él.. ... ¿por
qué va a relacionarse con él?!....El es un hombre, muy
hombre, y todo no será para él sino una serie de bu.e–
nos éxitos. En Guayaquil encontrará una buena coloca–
ción; hará dineros, y,nombre completo, regresará a Cuen–
ca, de zapato blanco, sombrero mocora y terno dril.
Irá
a pasar por la calle de su antigua verdugo, cigarrillo en
boca y mirando de soslayo.
Y
nada tendrá que temer ya
del tirapié de la zapatera;
ni
tampoco nadie tendrá de–
recho de llamarle
Judas
en adelante, sino que se le lla–
mará por su propio nombre: el señor don Pancho San–
tacruz.
* *
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Los via3eros están en Naranjal. Se alojan en u11a
casita de campo, a la entrada de un huerto de Cacao. Y
duermen en el estrecho pasillo de la estrecha casa.