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panaderile::;, que vertiginosamente escarmenan la masa,
la dan forma de bolo, la echan en forma definitiva sobre
el limpio mantel, colocado allí muy cerca. Y
todo den–
tro de una. robusta bu]Janguería, entre. la que de vez en
cuando,
sobr~sale
la risotada, un tanto nerviosa, de
la
más guapa panaderilla, contra quien se bate el
record
de la broma, por parte de los mozos concurrentes.
A media noche el café, ser,vido con las
primicias
del pan cocido, y la
ración,
repartida
entre todos. los
que han prestado su ayuda, por
la dueña del amasijo,
que, canasto
All
mano, discurre con amabilidad vanido–
sa ante la hila de la comedida concurrenciai. Y el eterno
donjuanismo florece en
ingeuua galantería de cocina:
la torta en forma de corazón o de tortolilla, que se cru–
za entre la pareja enamorada.
Uu moz0, que salió discretamente, tiJrna gon Ja bo–
tella de puro.-' r¡ Para la mala noche!"-
Y sobre las
vivas ascuas del horno cant.a su ebullición el agua en–
dulzada; y luego, entre
gesto~
y
merengues, la muchanha
más requerida apura el
draque.
Asorqa una vihuela, de
donde quiera;
y,
al animado punteado, epcuéntranse en
el salero de la danza el viv.o paño
arve}illa
y
el pañue–
lo más limpio del galán. Y allí el prurito de la polla
de exhibir en el baile la fina bota de gaµrnza, adquirida a
costa de larga labor de media docena. de
to
quilfa$.El pan se cuece. Y aparece eu la pal;t, comq.un pe–
dazo de oro. Y la vida también cuece, al calor de co–
razones sencillos que se
buscan: el amor, el
bendito
pan de cada día.
La reunión se disuelve satisfecha. Todos
s~
h&.n a ·
legrado
sanamente. Menos
"el Judas" . E! huerfanito
está triste. Su infantil rostr0- se
ha arrugado, más de