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atractivos .... iPintada, conompida, perra!. ...Pero yo le
L:::–
ré un buen hecho....
Por Ultimo la obsesión verdadera, la visión final,
que retorna: isu pequeña quinta, su
cuadra,
para siem–
pre perdida!. ... iel embargo, los pregones, la subasta!. ...
¡Toda la negra jauría del juicio ejecutivo!.. ..
Y la rechoncha mujerona rompe en estentóreos so–
llozos.
¡Perdida para siempre su propiedad tan coqueta!
isu quinta en San Roque! radiante de regadío, con su
jardincillo medicinal
y
sus blondas hortalizas, sus
rígi–
das gladiolas y sus místicos romeros. iY con sus clave–
les! sus claveles que,
t
as los tupidos setos de doradas
tarallas,
agachan us cabecitas escarlata, como jadean–
tes de risa, de color y de sol! iSu quinta en San Ro–
que! el Triana de Cuenca, barrio de las flores
y
los he–
lechos
y
de los alegres pa.seos domingueros. San Roque:
donde ponen su esfumado brochazo los sauces reales,
de luminosa verdura,
y
su nota celeste los eucaliptos
tiernos, rebozantes de saviá azul. Y de allí, del oloro–
so patiecillo--taller de su casa habrá de separarse su
hijo, el carpintero de graciosos muebles de mercado.....
-Ah! la infame contraparte, la üúcua gananciosa
del pleito.... iPero que aguarde, que aguarde!. ...
Y mientras la pobre tendera dormita el sopor del
inmenso contratiempo, la racha callejera se lleva, poco
a poco, la harina teñida de color, que se orea en la es–
tera, a las puertas de la tienda. La teñida harina de
maiz para los polvos de Carnaval.
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