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"Miti il pq,ta, corerpwnga." .
y
el máscara reeoge el pie.
"Cogí el co,vca, coreguenga"
y
la antropológica
cnriquinga
·imula escarbar en el
ue–
lo una lombriz de tierra.
"Cogí il copa, corequenga" .
.
y
el bailarín levanta del
uelo,
entre los dedos del pie,
un a. copa de a uardieute,
;v,
bebiéndo~ e la
el udoro o mi –
mo se tiende, re1 diqo en la alfoD?-bra de mu go de la plaza .
E s el día. sigl1ien .e. La última ooaw rsación del
en–
copetado ho, pedador lugareño ou los
curio os visitantes
de la ciudad. H"-abla ele política
y
u palabra se desliza
humildosa y mansa. Pero derrepente, el al to del Tequen–
dama. Pónese a criticar mord azmente al Tenieute Político
reinante. Se le comgrend e; pero él canta su objetivo. De–
searía ser recomendado para Te11iente PolítiC'O del pueblo.
Suponiendo, sin duda, mucha influencia en camarillas po–
líticas provincianas, en cualquier habitante de
la ciudad
de Don Gil. 8e le promete h acer los po ibles, no dejando
de darle a entender, que la mejor r ecomendación es cua–
lesqui er ejemplar zoológico cebado, o la espaciosa cesta de
un
lacticinio cua.l esqui er. Y el a pirante a Teniente,
se
<ligua servir de palafrenero.
Y un ga.lope, Raca a Jos romeros ciudadanos del muy
pacífico villorio
y
futura villa de San B artolomé, Apóstol
y Mártir.