Table of Contents Table of Contents
Previous Page  133 / 180 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 133 / 180 Next Page
Page Background

-123 -

iHombre!

-Hombre malo es usted , padre mío. Por un legado

me ha vendido .

.'

.

-¿Cómo!

-Me ha

sacrificad o.

El sacerdote

so

acercó a

la puerta. Su

ojo

troµe –

zaron con

los cascos del cántaro. Sali ó afuera. Su padre

le siguió. Ambos

quedaron en silencio. En

la casa,

to–

dos dormían. Benjamín pensaba en su vida rota. Sin que ·

rerlo, su amor le aguij oneaba. Pero

era tarde. Ahora su

poderosa

carne

estab::t

enferma. P ara

siempre. En–

ferma

de un voto, que él sabría cumplirlo con

noble–

za. Y

con fe. El triunfo, la dicha de otros iera para

4

él

un

pecado! Un

te~·:rible

pecado. iY

el urgente mart irio

de tener que

vencerse!

-Hijo mio:

ios lo

ha

qu~rido

a í,

se aventuró a

decir hipócritaménte Don Vicente.

-Dios

no quiere maldades, padre.

- -Hombre, has de ser Cura de este pueblo. Yo lo he

de conseguir.

-¿Para tiranizar a este

pueblo, en mi nombre tam–

bién? .

. .

Benjamín se

exaltó.

-Padre, usted me ha sacrificado. Ha deshecho mi

vida. Se ha burlado de mí. Ha hecho de mi vida, como eso:

(señaló la vasija) .

.

. como

un ánfora

rota.

Don Vicente

era

audaz. Quiso bromear con insolen–

cia. Dió una

palmadita en

el hombro del sacerdote.

-Hijo, tu serás estudiado; pero

yo tengo experien–

cia. No hay nada co,mo el provecho. Los amores pasan.

Y si

no es sino por Rosalía

(hizo

un

guiño) .

.

. el

P acho no es tan listo .

.

.