Table of Contents Table of Contents
Previous Page  128 / 180 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 128 / 180 Next Page
Page Background

- 118-

me parec10

que

te dirigías a mí .

. .

- ¿Pero cómo has comprendido?!

- Benja. yo no he querido atormentarte

.

. Y tu

padrn

me dijo, que solamente había=> pr..itendido burlarte

de mí.

Los ojos del sacerdote refulgieron.

-Benja, iyo tuve después un orgullo de que te hicie–

ras

sacerdote! ¿que mejor, como decían las Madrei; del

colegio, que

ser

:Ministro de Dios?..... Antes,

111111ca

:> e

me había ocurrido la idea de que podrías

hacertf'.

La

joven se esforzaba por uo

prorrumpir en

so–

llozüs.

- Pero

si yo

te hecho subir iBenja, perdóname!

El sacerdote a argó sus brazos, pero se

le cayeron

prestamente.

-1Rosalía!!

Se corrigió

-¡!J'añita

mía! (hermanita mía)

La joven se había alejado. Benjamín la veía marchar–

se. Los rayos del poniente, como una gran mancha roJa,

parecían quererla borrar.

El angelus, que tocaban en

la parroquia,

tenía una

cruel sugerencia de adiós.

Benjamín, como desplomándose, se arrimó a la cerca

de pencas. Su aliento era un ti:i.nto anheloso. Pensaba con

calor:

-¡No lo había sido! . .

. ¡Ni ruda, ni fría, ni ingra–

ta! .

. .. iY las intrigas de

Dll

padre! . . .

. iTanta intri–

ga!.

Y luchaba por apartar de su mente la imagen de su

rostro, que había i:istado

tan cercano, a distancia de

un

beso.... Y el sacerdote luchaba por bprrar la visión de sus