-114 -
en
llagas purulentas. Se
remontaba
en hermosos
oela–
Jes melancólicoR.
---Está bien: ime haré sacerdote!
Para olvidar, se dedicó al estudio. Fué
el primer es–
tudiante. Su contrariado amor le protegió, como un
rudo
ciliúio. Y fue el más virtuoso. Su espíritu ardiente se ace–
leró en otra llama. Fue idealista
y
fue místico. Su condición
de pltibeyo le hizo rebelde; pero rebelde con
talento. Fue
sagaz y co rrecto. Era fuerte, com•) campesino; la vida le hi–
zo comprensivo: fue bueno. Benjamín era la admiración del
seminario.
P ero su superioridad y su melan colía le convertían en
un hermoso ser distante. Benj amín vivió espiritualmente so–
lo su larga vida de Seminario.
*
*
Hacía un año que Benjamín había cantado misa.
Ahora le recibían eu su pueblo con veneración. Tam–
bién era el orgullo dP,l pueblo.
Otra vez era la fiesta de la Virgen de Dolores. Y Ben–
jamín, el antiguo y agraciado
reto,
iba a predicar en la mi–
sa de la fiest a. Todo el pueblo e5taba en la
iglesia parro–
quial. Rosalía también..
Subió a.l púlpito el joven sacerdote.
Sus grandes ojos
negros, al par
que la estola de oro, tenían un duro refle–
jo.
---¿No se decía q1!0 era tan bondadoso? pensa1·on para
si ks qne se dieron cuenta del dnro gesto del joveu.