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jarrún decía el
"reto" el talentoso muchacho solía po1\er
hábiles atenuaciones en la
perorata;
y,
sobre todo, tenía
sus improntu, que arran caban unáuimes y desa compasa–
dos bravos.
-
¡Para algo
estudiaba en Cuenca!
Cuando Benjamín hizo
de
reto
la última
vez, y
también por última ocasión , Rosa lía hizo de
loa,
el mu–
chacho,
al final de su filípica, arrancó denepente al em–
perifollado cor cel: y, yendo de rodillas sobre la silla, con
la ·mano sob re el corazón,
se produjo en algo como un.
madrigal,
en honra de Rosalía, pasmando a .todo.s con
su
arriesgada ga,lantería.
-¡Bravo! iBravo!
-El chico, en honra
cían, "había sacado de
su
"¡Y que jinete!" . .
. "Era
tación".
de la bonita muchacha, de–
cabeza
lindas
cosas" .
.
.
lo que dizque llamaban equi-
Benjamín
no se
alcanzó para los apretones de ma–
nos de
los mozos del pueblo. Ese día se romó con éllos
el primer draque, en forma, de su vida.
*
*
*
.Julio Benjamín Jiménez y Luz .Alegría Rosalía de
Palermo Montaño habían nacido casi juntos. Y bajo el mis–
mo alero. En la casota.
ele
la plaza del pueblo, que
era
propiedad, pro indiviso, de dos hermanos.
Juntos habían ingresado a la escuela
nilxta. Juntos
asimismo fueron enviados a completar
su~
estudios
pri-