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sido por lo detener
ó
por qu e se boluiesse ,
y
como con juramento le fu e certificado que se auia
ydo, cobro animo, haziendo muchas bramuras
y fi eros al viento, y enton ces se dio much priessa
a caminar hasta que llego ya ta rde a l mismo
pueblo que el Visorrey hab ia dexado. Si el Vi–
sorrey supie r a por a lg unas conj ec turas que Ba–
chicao lleuau a ta n poca gente y a pie, que no
uvo ninguno que se lo au isasse , sin duda ning una
que lo agua rda r a y le di er a batalla y lo vencier a,
porque era capitan de poco a nimo y de ning una
destreza . Y entonces cobrara g ran r epu tacion, y
solamente bastaua su nombre, principa lmente el
Real
nom~·e
9_e Su Th!Iagestad, a que todos le vi ni e–
r~.r1a
seruir y se hizi era señor de la mar y de la
tierra y de los nauios y mas de las c ibdades de P a ·
nama y del Nombre de Dios y de toda la costa de l
P e ru . Mas, en fin, no mirando e l V isorrey en esta
y naduertencia se fu e por su camirio adela nte,
y
es–
t ando veinte
y
sie te leguas de Tumbez supo de la
poca gente que Bachicao auia ll euado al pueblo, y
quiso con de terminacion de boluer a el, y sus capi·
tanes se lo es torua ron, y as i y ua gruí'íendo y bra–
ueando porque no lo auia hec ho. Pues camina ndo
por sus jornadas conta das haz ia la cibdad de Quito,
y ua muy fatigado del
espJE.!_t.~1 ~y
en g r an
pelig·ro de suvida .por los yndios de guerra que le
sali eron al camino para lo ma tar a el y a los suyos.
Y
tambien porque los tambos
y
los ueblos de Jos
r?di2s estaua1
d e~poblados,
qu e no hallauan que
comer s ino tan poca cosa que no basto a mata r la
hambr e tan cruel que el y los suyos lleuauan , y
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