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campo sin ver por que .
Y
demas destoque no ama
ossado ag·uardar a los e nemi gos, te niendo no mas
de ciento y veinte hombr es e n su ex ercito, que
esto era para el a par de mue rt e; mas en fin
y
a l
cabo de te rmino de los aguardar has ta v e r en lo
que parauan t antas nou elas como de cada dia le
v enía n a d ezir. Pues el Visorrey, r esumie ndose en
s us ynde termina ciones responelio a Don Alonso de
Montemayor en pocas palabrns, como el det ermi–
naua de aguardar a los enemi gos y presenta lles la
b a talla,
y
que s i en ella muri esse aca baria la vida
e n seruicio de Su Mages tad hazi endo en todo ello
lo que e ra obligado . Con esta s u postrime r a
YO –
luntad y de terminacion comenc;:o de a nimar y e -
for c;:ar a s us cap ita nes y soldados, dizi endoles que
no dies5cn fee ni cred ito a las falsas nu euas que
auia, porque eran todas mentit·osas, porque ma–
ñana se d esha rían todas como humo;
y
por otra.
pa rt e comenc;:o_de prome te lles el e hazelle grandes
me rcedes
y
[darj de comer en la. tierra. Acauado
es to eii1bio luego muchos mensaj eros a llama r a
los capitanes que andauan por diu er sas parte
conuocando °la g·ente, pa r a que se di esse n priessa
en Ye nir y traer todo e l dine r o que u viessen r eco–
g ido pa ra la s ustentacion y gas to de la g ue rra. D e
mane r a que e l se estuuo en este pa raj e quedo,
aguardando lo que [la] fortuna h aria de s u pe r sona
y ele sus capita nes y soldados, aunque se r eze laua
que le :yri a mal, por las conj ec turas qu e via en los
uyo ; mas no por e.sso pe rdia punto de animo
pa ra esperar a todos s us enemigos aunque vini e–
r a n otros tantos ma de los que dezian que venia o-