62
muchos dell os que a ndan desconten tos y con g r an
rezelo y t emor de pelear contra vn exer cito ta n
grande como tra e Gon<;alo Pi c;a rro, los qua les vie–
nen muy bien a rmados, y que ellos estan desa rma–
dos y a pie ; y antes que quieran hazer alg·una no–
u eda d en despro de v. s . es menester busca r r eme–
dio tempra no , qual conuiene. Tambien tengo crey–
do que ya sabra v.
. por nueua muy c ie rta como
Gon<;:alo Pi c;arro embia por la ma r a Herna ndo
Bachica o con mucha gente de g uerra, el qual trae
mucha a rtilleria
y
arcabuzeria, el qua l es vn hom–
bre muy cruel y endemoni ado. Assimismo v ienen
por tierra Geron imo de Villegas y Gonc;a lo Diez
de Pinera con mu chos arca buzeros y gente de a
cauallo , los quales todos v ienen en busc a de v. s .
pa r a hazelle todo el ma l y daño que pudier en ; de
maner a que puede dezir qu e estamos cercados por
m a r y por tierra .
Y
como di g o , que si a qui aguar–
damos a los enemi gos con la poca gente que v. s .
tiene, teng o para
mi
que no ganaremos con ellos
cosa a lg una, porque
l mejo r
tiempo
los soldad os
d esampar a ran a v. s.; y por ta nto mirese bien este
punto , p r incipalmente en lo que toca a su pe r sona
y
vida. Lo que en e te caso siento es, s i ya v. s . no
manda otra co a , que
n~ va~os
todos a Quito, en
donde se podra con mas segu ridad aguardar a la
gen te que ha de venir de Tie rra Firme y d i'!
las
otras partes. Alli estara v. s. a pa rtado de los ene–
migos, y si Yinieren a buscarnos, a la hora que
e llos aporta r en a la cibdad llegaran cansados y
destro<;a dos
y
ma ltratado de l la r g o camino que
han de traer , en donde facilmente los podra v . s .