58
cuenta arcabuzes demas, s in los cinquenta que lle–
u a uan los a rcabuze ros, que no cabía mas gente en
el vergantin, y lleuauan mucha poluora, mecha,
plomo y otras muni c iones que e ran necesarias,
con muchas armas offensiuas y deffensiuas que pu–
dieron lleuar para menester. Demas de la s y ns–
truciones y pode r es qu e Gonc;alo Pi c;arro dio a
Hernando Bachicao para que hizi esse lo que e l
mismo haría y lo que le paresciesse que era nesce–
sario hazer en su seruicio, le dio vn mandami ento
secreto, por consejo de su :Maestro de campo-:Para
que si por v,entura topase con e l Visorrey lo ren–
diesse o lo matasse si pudiesse. Muchos tuuieron
creydo que Hernando Bachicao no ossara ni se
a treuiera de acometer a l Visorrey de bueno a
bueno, porque sentían del qu e era muy couarde y
palabre ro y que perdería todo quanto 1leuaua en
el vergantin; mas, en fin, ayudol e por enton ces la
fortuna y fue muy :contraria al Visorrey; y con
es to fueron despachados los vnos y los otros con
muchas caricias y offertas. Al ti empo que .Hernan–
do Bachicao y los dos procuradores se fueron al
puerto, se fue con e llos Gonc;alo Pic;arro y muchos
de los suyos acompañandolos y para los ver em–
barcar,
y
desque los vida embar cados e yr por su
ma r adelante se boluio a la cibdad con plazer
y
alegria. Tuuo entendido el tirano que en auer em–
biado a es tos dos rocuradores tenia ya acabado
y concluydo su negocio- ta-;-feo en si , y que todas
las cosas le yrian de bien e n mejor y que Su Ma–
gestad no haría casso de su tiranía, si no que lo he–
charia en oluido y que le haría me rce d de le con-