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y
fnen;a de Ja gue rra, que e
lo que mas haze a l
casso. Con estas cosas tuuo entendido que u ne–
gocios er an acabado., o que se a ui an de acabar
presto con sus buenas diligenci as
y
apre urami en–
tos; mas , en fin, la fortuna Je fue
iempre muy
contraria y aduersa, por lo que Dio nues tro eñor
sabe, que son ynscrutables u juycios y secr eto .
fas, e n fin, al fin us desigños y concepto se le
torna ron al r eues de lo que el lo teni a pensado y
trac;ado en su pecho, porque le faltaron muchos
de los que le auian de venir a seruir desde Tierra
Firme, que no pudieron llegar por mucho y cier–
tos embarac;os que uvo. Assimismo otros leales
caualleros, del r ezelo muy g rande que tuui e ron de
Gonc;alo Pi c;arro, no ossaron ni se a treui eron yr en
busca de l Visorrey, y otros que er an vezinos de
muchas cibdades, villas y lugares, que se temieron
del rigor y aspereza de las hordenanc;as
y
nueuas
leyes, se es tuuieron quedos en sus casas has ta ver
en lo que parauan estos deuaneos que los a leuosos
leuantauan con g r an soberuia y vana locura.
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