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seru1c10 de Su Magestad hasta en tanto que el
mandara otra cosa, y no uvi e r a tantas g uerras
como despues uvo, de donde tomo en si mucha so-
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beruia por los vencimientos que a lcan c;:o. Consid e-
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randolo muy bien y hablando s in afficion, como en
_toda esta obra lo hago, ha lla r se a por verda d que
no solamente hizo ma l al V isorrey y a ss i mismo,
s ino que cundio generalmente el mal y daño en to–
dos los reyno s y prouincias del P e ru por la lib_e rtad
que ei Oydor aio al Visorrey Blasco uñez Vela.
Y e l que ll euo lo peor de todo esto y le cupo la des·
dicha y mala sue rte fu eron e l Visorrey, Jua n Ve–
lasquez Vela uñez, s u hermano , yel mi smo Oydor
juan A lua r es, que fueron muertos y descabec;:ados
en lé). tierra con otros muchos caualleros de g r an
vali a que fu eron grandes se ruidores de Su Mages–
tad . En fin, a l fin, todos ellos uvieron fin, porque
vnos murieron como leales caua ll eros si ruiendo a
su rey y señor natural, en la batalla de Annaquito,
y los otros e n muchas y diu ersas pa rtes, lo
qual.nosucedio esto en Gorn;:alo Pic;:arro y s us sequaces
que sig uieron su ma la y fa lsa opinion, porque cassi
todos murieron arrastrados, ahor cados y hechos
quartos t:omo traydores y a leuosos a la Real co–
rona de Cast ill a, como adelante se dira; y todo
esto se eu ita ra y se a taj a r a s i el V isorrey no qu e –
dara en la tierra. Torna ndo a nu es tro proposito y
al hilo de nuest1·a obra, digo que el Visorrey pusso
muy gran diligencia y tuvo mucha solicitud en ha–
zer muchos aparejos de g uerra y grandes conuoca–
ciones de gentes, y ayuntami entos de armas offen–
siuas y deffensiuas, y dineros, que son los neruios