ae
la
Compa"#~ia
ae
J
eJui.
-
1
t
bes le
llaman
todavía
Latrottm.
Se
ven
1ás
ruinas
de una Iglefia dedicada
a
efre Santo Penit
ente;predcfrinado en la Cruz : los Chrifrianos del Pa.is
pretendén _,
que fe llamaba
Dirna.t
,
y
el Carde–
nal
Baronio le
da
el mifmo ·nombre . Defde alli
paífamos
a
·otro lugar , donde
ay
una Iglefia confa-
. grada
a
San
Jerét~ias,
y
tiene fu non1bre. ·Baxamos
' . defpues poco
a
poco las !\1ontañas de Judea,
y
llegamos al Valle del Therevinto , que efia
a
una
fegua
de
Jerufaletn, y para
llegar
alJa ,
tuvimos
qúe
fubir
otra vez por
unos
Montes,
que
nos
ocul–
taban la vifia de la Santa Ciudad; la qual, como
ef~
ta
fituada en el declive de
la
parte de alhl de
una
Colina , no fe
ve
hafra ellar cafi
a
fus puertas. En
fin, ha viendo fin ceífar fubido,
y
baxado por,
cami~
nos
muy malos , llegamos
a
la vifia. de Jerufalem ..
No
es
pofsible explicar
el gozo
_, que
penetra
el corazon
a
la villa de 1.a Santa Ciudad. Luego
que avifiamos fus
muros,
~doram
os fus preciofos
Monumentos.. El Sabado antes del Dotningo.de
Ra~
m
os~
tuvimos
la
dicha de entrar
en
ella
i
y al
pun~
to fuimos
a
pagar nuefiros refpetos
a
los
RR.
PP.:
Religiofos
de San Francifco ,
llamados
comunmen~
te_
los Padres de la Tierra Santa,,
los
quales.
re~
prefentan en
Jer~fale~
a
la
Iglefia Latina.
Me
reci~
bieron con toda la
amiíl:ad
que
¡)udiera defear,
~
como
eftaban
inaruidós... del _
motivo
de
mi
viage,'
1ne
avifaron _, que fe acababa
d~
abrir
la Iglefia
del
Santo Sepulcro,
y
que me .aprovechaífe de
la
oca~
lion :. en aqueln1ifino
i,nfuuue
ol~ide
todas
mis
fa~
tigas
paíf~das ,
y
fin
rerder tiempo,
fegui
~
los
Pa.-,
dres
~ .que q ~
;i~~e~Qg
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mis
fOgg~ªo!e~..!;
~