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mo dice un escritor moderno,
~u
tránsito por
·el mundo, sin odio, sin résentimiento contra
sus enemigos, con los ojos fijos en el Dios del
Calvario~
dejando, como él,
á
sus obras el cui·
-dado de defender!os y de hablar por ellos.
·Obras que son tan esplendorosas, que han
co~:Seguido arrancar de los labios del mismo
v~
ol–
taire esta cop.fesion: '•Nada hay más contradic–
torio, más inicuo y más vergonzoso para la hu–
manidad, como acusar de moral relajada á
uno~
hombrés que llevan en Europa la vida
más
du–
;ra, y que van
á
buscar la muerte en las sole–
<lades de Asia
y.
de América.::
Oa,rtas
de
1763.
- Por lo demás, al hacer palpables
á
nuestros
lectores, siguiendo, en esta parte, las enseñan–
.zas de Voltaire, las contradicciones, la iniqui-.
,-dad
y
la falta de vergüenza de que hacen alarda
.los enemigos'de los Jesuitas en sus ataques con-
tta ~eHos,
fundados sólo en inepcias
y
calum-
J
,
nías, tantas veces
refutad~s
y, sin embargo, re–
.novadas otras tantas, por los fines más abomi- .
nables, no pretendemos más honor, que ser el
~co
y
el órgano de l9s escritores más ilustres
-de la Iglesia, de cuyas ideas y áun escritos nos
.servimos, sin citarlos
much~s
veces, por permi–
tirlo
así
y aún exi,girlo frécuentemente la
índo-
le de nuestro trabajo. Pero
sí,
se1;fmos muy es---
---
.J