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34

G. LE I

E RETR.

1'

-ona, acompañado de u cabildo, le bendición del nuevo cementerio, al que hizo tras–

la dar, p,lra darle

111

yor prestigio, lo venerando

resto. del señor de la Reguera, ex–

hurnándolos al efecto d

la cri?ta de su catedral.

Para facilitar la realización de otro gran pensatnien to

dP

Aba. cal, que fué el de

la fundación del colegio de medicina de San Fernando, contribuyó con la suma de

6ooo pe os.

Deseando que el Seminario de

anto Toribio, ({en quien veía cifradas las esp -

«

ranzas de su Iglesia, correspondiese en lo moral

y

n1aterial á su

justas exigencias,

e

se contrajo

á

refonnarlo aumentándole la renta y el edificio, que era e trecho pa–

<<

ra us mira , y fonnando un nuevo

y

rná ,

co1npleto plan de estudio , que el que

«

ha ta la fecha se había eguido en

éJ;,

y,

al efecto, encargó de la reforma material

al hábil y venerable sacerdote-arquitecto don l\1atías Maestro,

y

de la reforn1a de los

estudios á su rector el doctor don Jo

é

de

ilva y O lave, después Obispo de Hua–

manga.

En r8

10

autorizó la fundación de la casa de ejercicios de Santa Rosa, que rea–

lizó el doctor don Matías de Querejazu, dignidad de Maestre-escuela de esta santa

iglesia catedral, con los caudales que legó al afecto doña Rosa Catalina Vásquez de

el asco

y

Peralta.

En

r8r

I

renovó la práctica del jubileo diario circular en las igl

ias de Lima, que

establecieron en

167

r el Virrey Conde de Len1os

y

el ..

rzobispo don Pedro de Villa–

gótn~z,

dispo ición que aprobó

.. el Papa Pío VII por breve de 4 de Mayode

r816.

' Valorizando cotno nadie» dice

Ion"'eñor García, con palabra

que hacerno.

nue

tra~,

<das e. e lencias de la Con1pañía de Jesús y la gran falta que hacían en su

• igl sia

~us

operarios, se dirigió a1 Rey en unión le su

abildo, con fecha de

29

de

«

Octubre de

r8r6,

á fin de pedirle su restablecin1iento en el Perú, por un oficio que

«es una brillante apología de un orJen tan benernérito cotno injustamente calurn–

«

niado por

los

enemigos de todo lo que hay de n1á

re petable

y

santo en el mundo».

Los grandes mérito contraídos por el señor de las Heras en su larga carrera

pi copa), valiéronle que la Regencia d 1 reino e. tablecida en Cádiz, )e confiriese en

26

de Ago to de

I

12.

la gran cruz de la real orden de Carlos I II: que el Rey don

F

crnando V

1

I, re. ti tu ido

á

su trono, le concediese la gran cruz de la ele

Isabel la

Católi ca,

n 7 de Junio de

r8I

s;

y

que el Cabildo

lP.

sta santa iglesia metropoli–

tana, en unión del Excn1o.

yuntarniento de Lima, e dirigiesen al Rey, para upli–

carle . e inte resclrcl con

.

á

fin de que remunera ·e sus

~xtraordinario

· rnéritos con

1 púrpurc carde nalici a , súplica que acor rió aquel, ordenando que por su En1bajadGr

en la corte de Ron1a, se dirigiesen las precec; de estilo

á

.

'.

para obtener dicha gra·

cia, según se le con1unicó al SPñor de las Heras por nota fechada en

1adrid en

18

de

oviembre de r8r8.

El 6 de Julio de

1821

rt.bandonó

. ta capital el Virrey don

Jo~é

de la

'erna,

aconsej . ndo prudentemente al Arzobi po, que le

iguie e; más

é~te

le contestó, ((que

1(

en t a n calan1itoso

tnomentos no 1oclía desatnparar

·i

sus ovejas, cuyo

clatnores

«

xigí a n 1ná qu e nunc

su presencia en 1 ciudad». El 9 de aquel me. entró á Lima

(•1

ne ral

an :\I artín

y

el

2 I

del tni mo . e procl n1Ó la independencia del Perú.

lo

277

años de distancia halló e el último de lo Arzobispo

españoles de

Lima, en condicione semejantes á aquellas en que se había hallado el primero. El

eñor de las Heras tuvo que firmdr el acta en que se proclamaba la independencia

del Perú, cotno el señor Loayza aquella n que se proclan1aba al rebelde Gonzalo

Pizarro su

obernad r: el señor de las l-lera

tuvo que jurar la independencia, con1o

el señ r Loayza que reconocer la autoridad de Gonzalo: el señor de las Heras fué

objeto de las hipócritas zalamerías de

an IYiartín

y

tuvo que sufrir los groseros ul–

trajes de García del Río como el señor Loayza los

fal~o

halago· de Pizarro

y

los

brut le atropello de Carb:1jal: e 1110 e1 señor Lo, yz , el señor de la Heras vióse

obligado

á

abandonar su redil e1nbarcándo!>e para E ·paña en el puerto Je Chanca

y

en

12

de

ovietnbre de

J82I,

para ir á tnorir en Madrid en el convento de Trinita-

rio descalzos el

21

de _,nero de

1823

á los 79 año , 9 tneses

y

27 día de u edad.

4'

'g

~R\.~