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G. LE I
E RETR.
1'
-ona, acompañado de u cabildo, le bendición del nuevo cementerio, al que hizo tras–
la dar, p,lra darle
111
yor prestigio, lo venerando
resto. del señor de la Reguera, ex–
hurnándolos al efecto d
la cri?ta de su catedral.
Para facilitar la realización de otro gran pensatnien to
dP
Aba. cal, que fué el de
la fundación del colegio de medicina de San Fernando, contribuyó con la suma de
6ooo pe os.
Deseando que el Seminario de
anto Toribio, ({en quien veía cifradas las esp -
«
ranzas de su Iglesia, correspondiese en lo moral
y
n1aterial á su
justas exigencias,
e
se contrajo
á
refonnarlo aumentándole la renta y el edificio, que era e trecho pa–
<<
ra us mira , y fonnando un nuevo
y
rná ,
co1npleto plan de estudio , que el que
«
ha ta la fecha se había eguido en
éJ;,
y,
al efecto, encargó de la reforma material
al hábil y venerable sacerdote-arquitecto don l\1atías Maestro,
y
de la reforn1a de los
estudios á su rector el doctor don Jo
é
de
ilva y O lave, después Obispo de Hua–
manga.
En r8
10
autorizó la fundación de la casa de ejercicios de Santa Rosa, que rea–
lizó el doctor don Matías de Querejazu, dignidad de Maestre-escuela de esta santa
iglesia catedral, con los caudales que legó al afecto doña Rosa Catalina Vásquez de
el asco
y
Peralta.
En
r8r
I
renovó la práctica del jubileo diario circular en las igl
ias de Lima, que
establecieron en
167
r el Virrey Conde de Len1os
y
el ..
rzobispo don Pedro de Villa–
gótn~z,
dispo ición que aprobó
.. el Papa Pío VII por breve de 4 de Mayode
r816.
' Valorizando cotno nadie» dice
Ion"'eñor García, con palabra
que hacerno.
nue
tra~,
<das e. e lencias de la Con1pañía de Jesús y la gran falta que hacían en su
• igl sia
~us
operarios, se dirigió a1 Rey en unión le su
abildo, con fecha de
29
de
«
Octubre de
r8r6,
á fin de pedirle su restablecin1iento en el Perú, por un oficio que
«es una brillante apología de un orJen tan benernérito cotno injustamente calurn–
«
niado por
los
enemigos de todo lo que hay de n1á
re petable
y
santo en el mundo».
Los grandes mérito contraídos por el señor de las Heras en su larga carrera
pi copa), valiéronle que la Regencia d 1 reino e. tablecida en Cádiz, )e confiriese en
26
de Ago to de
I
12.
la gran cruz de la real orden de Carlos I II: que el Rey don
F
crnando V
1
I, re. ti tu ido
á
su trono, le concediese la gran cruz de la ele
Isabel la
Católi ca,
n 7 de Junio de
r8I
s;
y
que el Cabildo
lP.
sta santa iglesia metropoli–
tana, en unión del Excn1o.
yuntarniento de Lima, e dirigiesen al Rey, para upli–
carle . e inte resclrcl con
.
á
fin de que remunera ·e sus
~xtraordinario
· rnéritos con
1 púrpurc carde nalici a , súplica que acor rió aquel, ordenando que por su En1bajadGr
en la corte de Ron1a, se dirigiesen las precec; de estilo
á
.
'.
para obtener dicha gra·
cia, según se le con1unicó al SPñor de las Heras por nota fechada en
1adrid en
18
de
oviembre de r8r8.
El 6 de Julio de
1821
rt.bandonó
. ta capital el Virrey don
Jo~é
de la
'erna,
aconsej . ndo prudentemente al Arzobi po, que le
iguie e; más
é~te
le contestó, ((que
1(
en t a n calan1itoso
tnomentos no 1oclía desatnparar
·i
sus ovejas, cuyo
clatnores
«
xigí a n 1ná qu e nunc
su presencia en 1 ciudad». El 9 de aquel me. entró á Lima
(•1
ne ral
an :\I artín
y
el
2 I
del tni mo . e procl n1Ó la independencia del Perú.
lo
277
años de distancia halló e el último de lo Arzobispo
españoles de
Lima, en condicione semejantes á aquellas en que se había hallado el primero. El
eñor de las Heras tuvo que firmdr el acta en que se proclamaba la independencia
del Perú, cotno el señor Loayza aquella n que se proclan1aba al rebelde Gonzalo
Pizarro su
obernad r: el señor de las l-lera
tuvo que jurar la independencia, con1o
el señ r Loayza que reconocer la autoridad de Gonzalo: el señor de las Heras fué
objeto de las hipócritas zalamerías de
an IYiartín
y
tuvo que sufrir los groseros ul–
trajes de García del Río como el señor Loayza los
fal~o
halago· de Pizarro
y
los
brut le atropello de Carb:1jal: e 1110 e1 señor Lo, yz , el señor de la Heras vióse
obligado
á
abandonar su redil e1nbarcándo!>e para E ·paña en el puerto Je Chanca
y
en
12
de
ovietnbre de
J82I,
para ir á tnorir en Madrid en el convento de Trinita-
rio descalzos el
21
de _,nero de
1823
á los 79 año , 9 tneses
y
27 día de u edad.
4'
'g
~R\.~