SEnOR· NUESTRO
39
§.
IX.
•
RUTE EL
SALVADOR_
A
EGTPT~ ·
y
Herodes manda degollar
a
los Inocentes.
A.
Penas el Niño
J
esus había llegado
a
Egypto,
quando Herodes, el ,mas bárbaro y cruel de quan–
.tos Tiranos hubo jamás eJ:! el Mundo, mandó degollar
en Belén y en todos sus alderredores
a
todos los niños
varones de dos años abaxo. Pensando
~ste
impío Rey
que la estrella no había podido aparecer sino poco tiem–
po despues del nacimiento del Niño, determinó hacer
perecer
a
todos quantos habiap flacido cerca de
d!Js
años
antes de la aparicion de la estrella, creyendo que no po–
_dia menos de ser envuelto en esta matanza aquel que los
Magos habían venido
a
adorar. El erudito Salmeron di–
ce, que el número de las viB:imas inocentes,
q~e
fue–
ron inmoladas a hqrnra del Salvador recien nacido,
fu~
de cerca de catorce mil. El Tirano no sobrevivió mu–
cho tiempo
a
~sta
cruel
c~rniceria
: todavía estaba hu–
meando la sangre de todos estos santos Inocentes, quando
Her,odes se sintió asah-aqo de una -el'!fermedad nunca oida
.basta
entone.es; salió de su
Clil~rpo
un .hormiguero innu–
merable ge gusanos, que
alimentatido~e
desu carne h cha
podre, lo devoraban con sus mordeduras ; y exhalaba
una hediondez tan insoportq,ble, que no ·pudiendo sufrir–
se él
a
-si •mismo' qu,i-co m11Bba-$ -yeces
m~tarse'
pará li–
brarse de sus dolore§. Un calor lento,que no se percibía
_porfuera,d ice
Joffp):j o,lqab~asaba
y devoraba; tenia una
hambre tan violenta, que nada podía saciarle;sus intesti-
nos