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V IDA
DE
Ci-1R.1STO
grado al Señor , debía serle inmolado , se
-contentab~
Dios con que se le ofreciesen en sacrificio los primogé–
nitos de
lo~
animales, dexando que se rescatasen por di–
nero los niños , que no estaban destinados al servicio
del Templo.
Es cierto que la Ley de la purificacion no compre–
hendia
a
la Sant1ú ma Virge- n, pues esta madre,que había
parido sin dexar de ser virgen; sin embargo, por mas
humillante que fuese esta Ley , para la mas pura de las
vírgenes , quiso sujetarse a ella , así como su Hijo que
era la misma inocencia, se había sujetado libremente
a
la humillante Ley de la Circuncision.
§.
V~ll.
LA PURIFICACION D.E LA SANTISIMA
Virgen despues del Parto,
o
la presentacion de
J-esus en el Templo de 'Jerusaien..
C
Umplidos los quarenta días , vá la Santísima Vir–
.
gen
a
Jerusalén : y llevando
a
su
lf
ijo en los
brazos , entra en el Templo , ofrece al Señor do_s
pichones , como lo ordenaba la Ley
a
las mugeres po–
bres, en cuya clase se comaba la Santísima Virgen. Es
verdad, die n los Padres , que teniendo la ventaja de
presentar
a
Dios el Cordero sin mancha en la pe rsona
de su Hijo, no hubiera sido oportuno ofrecer el cor–
i<iero , que era una simple figura, quando se ofrecía la
realidad. No obstante esto , fue pr ciso rescatar por
qinero segun la Ley , al que había venido
a
rescarar
al
Mundo; para lo qual <lió María cinco siclos , que
ha-