SANTISIMA VrRGEN.
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las mas
dulces delicia
,
y
recostada sobre su Amado,
nue tro
Sefior~
y
nuestro
Dios ~
=
El recibimiento que el Rey Salomón hizo
a
su
madre , dicen los l nterpretes , no fue sino una débil
y
tosca figura - del que el Sal vador hizo
a
su Santisirna
Madre el dia de su triunfante ent rada en el Cielo. Se
levantó el Rey , dice el Texto , le sali ó al encuentro,
la saludó con mucho respeto ; y habiendose sentado en
su Trono, mandó poner otro Trono para su madre ,
y
la hizo sentar
a
su diestra.
(a)
Tambien en el dia de la
Asuncion de la Sandsima Virgen se verificó aquel pro–
digio que San Ju an admiraba t nto en el Cielo : una
Muger vestida del Sol , con la Luna baxo de sus pies y
una corona de doce estrellas en la cabeza. Si
los ojos
del hombre no vieron jamás, dice San Berna rdo , si los
oídos jamás oyeron , si el corazon del hombre no com–
prehend ió jamás lo que Dios tiene preparado para los
que le aman : ¿'quién podrá , no digo explicar, pero ni
a un comprehender lo que preparó para su Madre, la qual
le amó mas ella sola que· todos los hombres juntos ,
y
a
la que el mismo Señor amó con una ternura que ex–
cede
a
quanto se puede pensar'?
Q uid prceparávit g ig.:..
'fténti se'?
No es posible que ninguno pueda jamás ex–
presar, ni aun comprehender lo grande de la gloria ,
y
la sublime elevacion del Trono de la Madre de ·
Dios,
dicen los Santos Padres. No hay que pa marse de lo
que voy'
a
decir , añade Arnaldo de Chartres :
la g lo..
ria de Maria en cuerpo y alma en el Cielo , no es como
la de los demás Bienaventurados ; Maria forma un or–
den particular, tiene un puesto incomparablemente mas
alto que el de todos los habitadores de la Celestial Jeru...
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Reg.
2.