SEnOR NUESTRO.
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f!ozcan los hombres que este Niño es el que los ha de
salvar'
y
el
que viene
a
ofrecerse en sacrificio por la
cxpiacion de los pecados de todos los
liom~es.
Instruído
e
informado San Joseph de este gran Mis–
terio,
y
de·la dignidad del empléo.para que el Cielo
lo
destinaba, no miró
yá a
la SantísimaVirgen sino como
a
Ja
Madre del Redentor : su ternura para con ella cre–
ció "juntamente con su veneracion;
y
la eleccion que
Dios había hecho de
él,
para que fuese esposo de la
Madre de Dios, solo sirvió para hacerlo todavía mas
santo
y
mas humilde.
§.VI.
EL NACIMIENTO DE JESU-CHRISTO.
E
Staba
la
Santísima. Virgen en
el
nono mes de su
preñado, quando se publicó un Ediéto de Au–
gusto Cesar, que ordenal5a se hiciese una exaéta des–
cripcion, y enumeracion de todos los subditos del Im–
perio,
y
que se le formase un estado de ellos. La ór–
den para hacer
la
descripcion de los Judíos se le
encar~
gó
a
Cirino, Comandante de la Síria; porque aunque
la
Judéa no era todavía tributaria, ni esraba puesta en
el número de ]as Provincias del Imperio, Augusto mi–
raba
yá a
los Judíos como
a
sus súbditos '
y
al mismo
Rey Herodes lo miraba como
a
un esclavo. Para evitar
la
confusion que podía haber en la descripcion, se or–
denó que todas las cabezas de familia concurriesen
a
la
Ciudad de donde era originária su familia, para
hacer~
se escribir en los Registros públlcos ,
y
pagar
la
capi–
tacion general que se
había
impuesto. En todo esto no te-
'
ma