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VroA
DE LA.
dad , la pr ?t ncia , la mansedumbre
y
la docilidad. AJ.
modo que los Astros ,
aunque
luminosos
totalmente
desde el punto que apar.ecen s:Obre el horizonte , parece
van descubriendo
a
nuestros ojos un nuevo resplandor
a
medida que se alejan del punto de donde se levan-..
tan ; asi la Santisima Virgen , semejante
a
la estrella , de
la qual llevaba
e{
nombre, aunque desde el primer ins–
tante de su Inmaculada Concepcion habia recibido e1
dón de sabiduría , no manifestaba sus tesoros sino con–
forme iba creciendo en . edad. Se
admiraban
todos
los
dias en esta joven niña golpes brillantes de una razon
anticipada; todo era ·en ella extraordinario , porque to–
co era maravilloso. Habiendose anticipado la razon
aJ
la edad , creyeron S. Joaquin
y
Santa Ana que debiaq
anticipar el tiempo de cumplir su voto. Habían prome–
tido al Señor , que si no obstante su larga esterilidad les
daba un niño ,
o
niña , lo consagrarían
a
su
servicio en
el Tempio. Hallando , pues , en su santa hija , en la.edad·
de tres años, un juicio , una sabiduria , una devociom
anticipada , que no se hallaba en ninguna de las otras
niñas de mucha mas edad, determinaron ir
a
volverle al
Señor un
tesoro que hasta
entonces no habian tenidoi
sino en deposito. Xa se dexa discurrir quanto les ..
cos~·
taria este sacrificio. La pequeña hija era todo su con-::'
suelo , todo su tesoro ,
y
todas · sus mas dulces delicias;
pero quando
el
espfritu de
Dios
es quien nos anima;
quando somos tan religiosos como San Joaquin y San- ·
ta
Ana , se prefiere con gusto
a
su propia satisfaccion
lo que se debe al Señor.
Hizose este doble sacrificio
el
dia
~
1
de Noviem_.
bre,
en
el que S. Joaq11in
y
Santa Anaf
u
eron
a
ofrecer al
Señor en el Templo la· alhaja que m_?s
amaban
y
apre•
r
1
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