DEVOTOS.
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tro gusto. Estamos pegados
á
la tierra por bastan-
DE PENTE–
_tes partes. El corazon es demasiado -terreno,
y
el
cósTxs.
espíritu no es mas espiritual. Estamos en el servicio
del mundo,
y
este amo, enemigo declarado de Je-
·~u-Christo
y
de nuestra salvacioo, no es de tal
hu-
mor que permita
á
sus esclavos asistir
á
esta divina
mesa. Los negocios temporales, el comercio,
ab-
5orben todo el tiempo,
y
ahogan poco
á
poco todo
espíritu de religion.
No son
bastantes los dias de
trabajo para ellos;
un
insaciable interés, una
codi~
cia dominante quiere para sí hasta los dias de fiesta.
El
santo _dia del Domingo no es ya para la mayor
parte
el qia
del Señor :
Villam emi.
Para los dias de
fiesta
y
de Domingo se guardan las funciones de
campo,
y
lo que hay de mas espinoso en
~os
nego-
cios:
Juga boum emi quinque.
La
Cornunion no es
negocio para la mayor parte de las gentes ; pide de-
masiada preparacion , demasiados cuidados;
hay
otros negocios que importa salir de ellos. Final-
mente, aunque ne hubiese sino la maldita pasioa
del deleyte; sus lazos son demasiado fuertes y mu-
chos , son un embarazo
~emasiado
grande para
ir
á
recibir los divinos misterios. Quando se gusta
de
los placerés carnales
é
impur~s,
se
le toma dL gusto
y
tédio
á
la Comuni<?n. Por mas que se aleguen
~ien
pretextos, plausibles todos al espíritu del mun-
do,
no soil sino vanas
-y
frívolas excusas ; siempre
nacen de uno de los principios que hemos dicho. Se
tiene siempre tiempo para concurrir
á
todos los
pa-
satiempos
y
juntas á que nos convida
el
mundo.
Pe:.
ro
quando
se
trata
del
sagrado
banquete
á
que nos
convida el
Salvador, jamás se tiene tiempo para
Ee
4
asis-