354
EXERCICIOS
D1A
III.
ei.r.
Di.r:it
ergo eis
Íterum
Jes1u:
Amen, amen
dico
vohis;
quia ego
.mm
Ósli11m óvium.
Omms
q11otq1101
'tJenirimt
,
fures
sunt
,
&
latrónes
,
&
non
audié–
nmt eos oves. Ego sunt óstfom.
Per
me si"quis in–
troierit,
salvábitur
;
&
ingredié111,r,
&
egredié1t1r
&
pascua invéniet. Fur non venit nisi 11t
fure"t11r,
&
ma&et,
&
perdat.
Ego veni
tll 'Vilam
háheant,
&
qlnmdántius háheant•
..
MEDl~ACION
SOBRE LOS DONES Y FRUTOS
del
E1píríw
Santo.
PUNTO FRIMERO.
C
Qnsidera., que el
Espíritu
Santo es la fuente
de todos
1
los dones celestiales;
y
así no debe–
mos admirarnos
si
á
los que le reciben les llena
de
ellos. Es imposible que
báxe
á.
una
alma ,
y
no
la
enriquezca de sus mas preciosos dones. Sus tesoros
le acompañan
á
rodas p:artes; y ;:¡sí como
el
fue~o
no puede estar separado de
su
luz
y
de su
calor;
tampoco
el Espíritu
Santo
puede venir
á
un
cora..
zon· sin que el alma quede alumbrada toda
y
abrasa–
da. De aqui aquel gran resplandor, aquella
luz pu–
ra ,
aquella
inteligencia
tan
viva,_
tao extensa ,
de
que fueron dotados todos los Discípulos
el
dia
de
Pentecóstes. Estos hombres tan groseros , estos
ge–
nios tan materiales
y
tan limitados ,
e~os
espíritus
tan obscuros
y
tan indóciles , en un instante que–
dan hechos los oráculos de todo el Universo , los
Doc..