DEVOTOS.
Si muero,
no
muero sino porque quiero, por con-
DE PENTE–
formarme en esto con la voluntad de
mi
Padre,
y
cósrEs.
porque sepa el mundo que amo
á
mi Padre,
y
que
executo puntualmente las órdenes que lJle ha dado.
Y vosotros no debeis jamás olvidaros de lo que os
dixe al principio, que la mejor,
y
aún la única prue·
ba del
amor de
Dios,
es la observancia exaéla de
sus
preceptos.
La solemnidad de este dia no se termína ni se
Iimíra al solo dia de Pentecóstes, sino que continúa
toda
la
Oél:ava ;
lo
que
hace estos siete dias se
lla–
men una semana de fiestas, corno sucedia antigua–
mente la semana de Pasqua. El tiempo Pasqual
de–
bia, al parecer , acabar la vigilia de Pentecóstes , en
que se empieza
á
ayunar; pero como la vigilia de
Pentecóstes era el dia solemne en que la Iglesia
conferia el bautismo del mismo modo que el Sábado
Santo, y con la misma solemnidad , se continuó en
favor de los Neófitos la solemnidad de la Pasqu.a1
toda
la
semana
de
Pentecóstes. Se les hacia venir
al
OEcio
todos los dias; se cantaba
un
·cántico de go..
zo
p0r su aacimiento
espiritu~;
se decía la
allelúia
todo este tiempo; y p_ara no fatigarlos , se abreviaba
· el QEcio ·; por eso el Oficio de la semana de Pente–
cóstes no tiene "mas de un Noél:urno; es decir,
tres
Salmos
y
tres Lecciones , cerrando la Nona del
Sá–
bado siguiente
el
tiempo Pasqua.1.
Se asegura, que despues ·de la venida del
Es·
píritu Santo sobre los Apóstoles,
l·a
casa en que
su–
cedió este prodigio, fue muy luego convertida en
Iglesia, la que en rigor fue la primera Iglesia de los
Christianos.
San
Cirilo, Obispo
de
Jerusalén ,
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