DEVOTOS.
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..pasión ; como no se propone sino fo que le acomo-
DESPUES D.E
,da; se le da muy poco de que
el
rebaño padezca. P
ASQU
A.–
¿Quién no ve en la pintura que el Salvador hace del
ladron, que
entr~
coQ a·smcia en
el
redíl,
y
del
mercenario , que sacrifica
~I
rebaño
á
sus propios
interéses? ¿quién no
v~
bien
expreso el caráéler
del
herege,
el
de los falsos Doélores ,
y
el de los direc-
tores mercenarios? Todos estos tienen quizá bastan..
tes
luces para ver de tiempo en tiempo, que el ca-
mino por donde llevan las ovejas no es seguro,
y
ciue
los
pastos
en
que las deJ-rnn pacer , son veneno--
sos. No importa ;
~on
tal que en ello tengan inte-
rés ,
los
mueve poco
la
pérdida
e;!~
,las almas. En
la
calma de la Iglesia , comínua San G,regorio, el
Pas-
tór mercenario parecé velar algur;ias·veces en [a guar-
.da de las ovejas del !11Ísmo modo que
el
verdadero ·
Pastór ; pero si se presenta el lobo , entonces
se
CC>'."
noce con qué espíritu guardaban su rebaño
el
uno
y
el otro. Quando el lobo desrroza
y
esparce las
ove–
jas, es decir, quando las almas fieles perecen por há–
ber ialido
del
redíl; ¿el Pastor 1nercenario se siente
con mucho zelo
para
volverlas
á
él? Puede ser
que
sea
él
el primero que se d
ríe,
y
que no buscan–
do sino su
utilida~
remporaJ, mire con ojos indife–
rentes Jos males interiores que padece el rebaño.
Ego sum Pastor bom11
:
Yo soy, añade el Se–
ñor, yo soy el Pastór bueno; Yo conozco mis ove–
jas; y mis ovejas me conocen
á
mí. Despues de ha–
ber aprendido, carísimos hermanos , continúa
el
mismo San Gregorio, el riesgo
á
que estamos ex".'
puestos los Pastores; aprend<.!d
tambi~n
de las mis–
mas palabras de Jesu-Christo, el que os amenaza
á
H
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•
vo-