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cedimiento geométrico ele
la
razó n pura, re–
solviendo e l problema de s ubsta ncia e n íavor
del pen:::amiento . Sin embargo existía . compl e–
tamente separado de é l, el
mu:~ clo
y
el cuerpo,
el
problema cosmológico
y
el probl e ma antro–
pológic.o; reµr.esentando así la filo so f1a de D es–
cartes un dualismo insoluble entre Dios
y
e l
univ erso, el espí ritu
y
el cuerpo; por m{\s
e¡
ue
el
filósofo pretendiera, sacrificando;'\
b
realidad,
sostener, á todo tra nce. la existencia substan–
cial del mundo id ea l. Además dos
te nd e ncias
trascendentales dominan toda la filosofía de
Descartes: la concepción teológi ca
y
el forma–
lismo matemá tico. De la primera se apoderó
Malebranche, el e la segunda Spinoza.
Malebrnnche se <le<:li\ra explícitamente dis cí–
pulo de Desortes;
y
comienza su filosofía, co .
mo su maes tro, probando la existencia de Dios;
pero, en
luga r de recurrir al te st imonio de la
ra zó n, afi rma r¡ue el conocimiento qtie de é l
po~
seemos es directo é inmediato, sin inte rv e nció11
ele cosa c reada. Lu ego. Malebranche, con nota–
ble lógica, solu,ciona e l dualismo de la filosof1a
de Descartes, por med io de su
teo ría ele la vi–
sión en Dios, en la que
é~ te
es el autor din::cto
ele tod as las cosas
y
ele s us movimi e ntos. Si ni
e l alma obra sobre e l cuerpo, ni el cuerpo so–
bre el alma. como lo había enseñado Decartes.
el
ocasio1lalz'smo
y
la
relación que, sin duda,
existe e ntre los dos, depende absoluta é inme–
diatamente de la voluntad divina. El hombre,
por sí solo, no puede p;opar la existencia de la
materia; porque él no percibe sino aquello á Jo
qu ~
se halla
materialmen.teunido; luego lo que